La sociedad reclama pronta justicia del crimen de las hermanas Correa

La numerosa y calificada asistencia a la iglesia de San Gertrudis de Envigado, el fraternal acompañamiento del periodismo y sus agremiaciones, el acongojado mensaje de la iglesia y los pronunciamientos de la desconcertada sociedad a través de diversas autoridades públicas, fue un claro significado del profundo desconsuelo y duro impacto, pero al mismo tiempo de condena y rechazado al atroz crimen de las hermanas la periodista María Victoria y la odontóloga María Norelia Correa Ramírez.

Pero también el masivo acompañamiento y las múltiples expresiones fueron un fuerte mensaje a los investigadores para que aclaren en forma rápida este doloroso doble asesinato de las dos damas de avanzada edad y sobre lo cual ya hay indicios muy evidentes que están dirigidos a dar con los autores intelectuales y materiales y proceder a sus capturas.

Toda la sociedad está presionando para que se esclarezca este terrible episodio, sobre el cual, según fuentes de la policía, se mantiene la hipótesis que habría sido cometido por la disputa de una herencia familiar, que el periódico El Colombiano informó que estaría calculada en 3.000 millones de pesos.

La concurrencia en la vespertina del pasado domingo al principal templo católico envigadeño, fue uno de los detalles relevantes de la solidaridad con la familia Correa Ramírez.

Y entre los asistentes se destacó ampliamente la compañía de numerosos colegas de Vicky Ramírez, quien siempre gozó de un inmenso apreció entre sus compañeros de profesión en el periodismo antioqueño.

El sacerdote que ofició el rito religioso al tiempo que envió un mensaje de esperanza, en medio de tantas dificultades humanas, a la familia y allegados, también fue muy frentero al señalar que Dios no llamó a las hermanas Correa Ramírez porque ellas no murieron, sino que las murieron o les arrebataron sus vidas.

Al final de la ceremonia la sociedad se manifestó con diversos pronunciamientos de autoridades civiles.

En su orden se leyeron recados muy sentidos de la Gobernación de Antioquia, de las Alcaldías de Envigado y de Itagüí, del senador Carlos Andrés Trujillo y la presencia de su colega Nicolás Albeiro Echeverry, también de varios dirigentes políticos muy amigos de Vicky e igualmente una nota del exalcalde envigadeño Braulio Espinosa.

Capítulo aparte fueron los contenidos de los pronunciamientos de los gremios periodísticos El Club de la Prensa y del Cipa, además del Círculo de Periodistas de Bogotá.

Y el momento de mayor sobrecogimiento fueron las expresiones de la familia Correa Ramírez por medio de María Catalina Arenas Correa, quien hizo un entrecortado y emocional repaso y referencia a su madre y a su tía asesinada. Llamó la atención cuando dijo que ya no quedaban Correas y solo Arenas.

La ceremonia concluyó escuchándose en el templo “Cuando un amigo se va” en la maravillosa voz del tenor y periodista, amigo de Vicky, Mauricio Ortiz, lo que hizo estremecer la piel de la triste concurrencia.

Los asistentes se marcharon con la firme esperanza en el anuncio de las autoridades municipales de Envigado, ciudad muy golpeada por este doble crimen, que las cosas van por muy buen camino para aclarar este lamentable hecho de violencia que no suele ocurrir en esta comunidad y que ya se sabe que fue perpetrado por dos sicarios que vinieron de otra región del país.

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