De concejalito infantil a alcalde de Copacabana

En octubre pasado se cumplió un año de las elecciones territoriales del 2023 en Colombia y en esos comicios ocurrió un fenómeno electoral en Copacabana, Antioquia, que nadie imaginó y que derrotó a la tradicional clase política de este municipio del norte del Valle de Aburrá.

Un grupo de pelaos, sin ninguna atadura partidista, tras un trabajo social y luego político que se extendió por unos 20 años sacudió los cimientos políticos de esta municipalidad, hasta el año pasado dominada por una dirigencia que se había enquistado en el manejo de la administración local.

Este acontecimiento comenzó en el 2002 cuando un niño de seis años llamado Johnnatan Pineda Agudelo fue elegido en su colegio concejalito infantil, junto a otros dos compañeritos y quienes ahora son alcalde y concejales.

En la actualidad, a sus 29 años, Johnnatan Pineda recordó que lo destituyeron como concejalito porque se apareció en el Concejo Municipal con dos palos amarrados con cinta simulando un arma y lo hizo para llamar la atención del alcalde y los concejales que en el Colegio Aurelio Tobón los muchachos estaban más interesados en armar conflictos que en estudiar, que en hacer deporte o en realizar otros sueños. Pero lo que consiguió con su acción fue que lo echaran por simular con un arma dentro del Cabildo.

Sin embargo, no se amilanó con esa reprimenda que le propinaron y continuó ejerciendo liderazgo estudiantil que lo condujo a persistir y nuevamente fue varias veces concejal estudiantil y en el último año de bachillerato presidente del Consejo Estudiantil del Colegio Presbítero Bernardo Montoya. Para ese entonces ya tenían un grupo muy consolidado de muchachos interesados en tratar de entender la realidad social de Copacabana.

“Era un equipo de jóvenes que teníamos un ideal y que nos la jugábamos con lo que nos parecía imposible”, sigue esculcando en su mente el hoy sorprendente y primíparo mandatario municipal, quien aceptó contarnos la epopeya que    los llevó a provocar el cimbronazo electoral en un municipio donde no pasaba nada fuera de lo común cada cuatro años en las urnas, en las que liberales, conservadores, luego la U y Cambio Radical se repartían el poder y las cosas seguían igual. En Copacabana el tiempo político estaba estático. Ganaban y gobernaban los mismos de siempre.

Con más idealismo que realidad ese grupo de muchachos se trazó desde el 2010 una estrategia para llegar en el 2023 a la conducción de la alcaldía.

“Teníamos claro como lo íbamos a conseguir, pese a que nunca habíamos tenido relación con la política de Copacabana”, rememoró muy emocionado el alcalde.

 

Cómo era Copacabana

Al hacer un diagnóstico de la política que observaban en Copacabana, concluyó que el municipio siempre había sido manejado por un circulo muy cerrado de la línea del político de origen liberal guerrista Jorge Iván Montoya, quien fuera el primer alcalde popular en 1988 y después el primer diputado de Copacabana en la Asamblea de Antioquia y de cuya vertiente se desprendieron varios liderazgos como fueron los casos de los exalcaldes Diego Echeverri, Héctor Monsalve y Óscar Restrepo.

Ese grupo de jóvenes nunca hizo parte de la clase política y se dedicó mejor a la labor social en las veredas y en los barrios entregando kits escolares, concentrados para las mascotas y lo hacían sin que ninguno de ellos estuviera vinculado al municipio como funcionarios. Y es tan cierto que el primer empleo público de Pineda en su pueblo es ahora como alcalde.

Fue en el 2015, cuando ya varios de ellos a la par de empezar sus estudios universitarios, arrancaron su propio proceso electoral, buscando un lugar en el concejo municipal, curul que lograron cuatro años después, en el 2019, con Ferney Muñoz, quien aspiró dentro de la lista del Partido Liberal y apoyando la candidatura a la alcaldía de Aníbal Díaz, irónicamente a quien el año pasado derrotaron para acceder al poder.

  

Los protagonistas

Ferney es un joven muy popular de la vereda Cabuyal, administrador de empresas y estudia economía en la U. de A. Es el hermano del alma de Johnnatan y ambos han caminado juntos los últimos 18 años.

El equipo determinó que Pineda se reservara para aspirar a la alcaldía en el 2023, porque consideraban que era la persona más política y más visible de todo el grupo de pelaos.

Ferney fue la segunda votación al Concejo con unos 700 votos y durante los cuatro años como cabildante siguieron todos juntos con la labor social.

Como concejal hizo una labor muy juiciosa y con una oposición muy seria frente a la alcaldía de Héctor Monsalve.

Fue el concejal que más proyectos presentó y algunos de ellos fueron aprobados.

Entre tanto, Johnnatan esperó paciente su momento y avanzó en su preparación académica. Es ingeniero civil de la Universidad de Medellín, especialista en ingeniería de construcción y está cursando un segundo pregrado en Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia.

Entre el 2016 y 2017 tuvo la oportunidad de hacer sus prácticas en la Contraloría Municipal de Envigado, municipio en el cual laboró durante siete años además en las Secretarías de Hacienda y Medio Ambiente, para luego pasar a la Seccional en Antioquia de la Contraloría General de la República.

Al mismo tiempo todos los jóvenes trabajaban en Copacabana día y noche, sábados, domingos y festivos siempre en labores sociales, lo cual contribuyó a derivar en la actividad política de frente y a adquirir credibilidad entre la gente.

Todos los muchachos se volvieron profesionales y se enamoraron de lo público y del quehacer político, porque entendían que era la única forma de llevar a las comunidades soluciones de fondo.

Para la labor social hicieron una vaca con el salario de cada uno. Ponían de a 20.000, 50.000 o 100.000 pesos. De esa manera y en forma muy ordenada conformaron un fondo para realizar labores concretas en beneficio de la gente. No faltó ningún diciembre en que realizaran hasta 50 novenas, lo cual ayudó a generar confianza con la comunidad y siempre con la claridad que las grandes transformaciones solo se alcanzaban trabajando desde el sector público.

 

Los trataban de niños

Una anécdota describe muy bien el momento que vivían en sus primeros pinitos en la política. En la campaña del 2019 a la Alcaldía iban a la sede del candidato que apoyaban, Aníbal Díaz, y allí los trataban como unos niños jugando a la política, pero nunca se imaginaron a dónde iban a llegar estos pelaos.

Por eso al recorrer los pasillos de la alcaldía Johnnatan Pineda siente hoy un gran orgullo al ver a todos esos “niños”, con los que comenzó su sueño, trabajar en favor de las comunidades, gesta que les cambió la vida enfocados en servir desde lo público.

El joven alcalde se emocionó con sus recuerdos y comentó que “siempre fuimos un equipo maravilloso, sin envidias, noble, humilde y luchando por conseguir el objetivo que nos trazábamos todos y nos ayudábamos entre todos. Más que un grupo político somos un grupo de amigos y así lo seguimos siendo después de casi 18 años juntos”.

Como grupo diseñaron una visión de ciudad de lo que querían para Copacabana, identificaron las problemáticas principales y la forma de resolverlas. De esa forma se convirtieron en un oxígeno dentro de los liderazgos e impulsaron una nueva forma de relacionarse con la gente.

  

Rumbo a la Alcaldía

Fue en el 2021 cuando Pineda decidió renunciar al trabajo que tenía en la Contraloría General de la República y asumir el proyecto de la candidatura a la alcaldía.

Se metieron de lleno en todo el proyecto político – electoral, aunque sabían que no eran la opción favorita. De los diez candidatos que sonaban ellos eran los penúltimos en opciones.

Aun así, diseñaron el plan de trabajo y a pesar de todas las dudas que tenían, se trazaron como consigna central de campaña la de “pase lo que pase siempre hasta el final”, sin importar que estuvieran de últimos y no sonaran entre el electorado.

Durante 2022 estructuraron una propuesta más definida y comenzamos a plantear propuestas, a hacer recorridos y a pensar cómo lo iban a hacer, a preguntarle a la gente que opinaba de ellos y de provocar un cambio. Les llamó la atención que los recibían bien y en general su accionar proselitista comenzó a moverse y así comenzaron a darle duro trabajando en todos los barrios y veredas.

Crearon como lema de campaña “Un nuevo aire”, mientras que el accionar social lo llamaron siempre “Por vos Copacabana”.

El lema gustó mucho entre la gente porque decían que siquiera no eran los mismo de siempre, sino un nuevo aire, un nuevo oxígeno en la política.

Y aunque no fue fácil lograron conseguir el aval del movimiento Creemos y para ello tuvieron un angelito que fue Paula Palacio, la actual directora del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, una persona muy cercana a Fico y quien era el filtro de ese movimiento político.

El grupo de muchachos y ella se reunieron una tarde en que en Copacabana cayó una tormenta. Los esperó en una tiendecita y tras la conversación hubo una muy buena conexión entre todos.

Le gustaron tanto a Paula Palacio que los acompañó en los recorridos por los barrios entregando afiches y agitando banderas.

  

La primera encuesta

Entre septiembre y octubre de 2022, a un año de las elecciones, realizaron una encuesta en Copacabana y Johnnatan seguía entre los últimos, la gente no sabía quién era él, pero había un dato que les pareció muy particular y del cual se aferraron hasta el final. La poquita gente que decía conocerlos pensaba muy bien del candidato y del trabajo de los muchachos, es decir, tenían una muy buena opinión de ellos. En reconocimiento eran los últimos, pero el concepto de la gente era igual al de los candidatos más fuertes.

A cuatro meses de las elecciones cuando empezó el proceso de inscripción de candidaturas ya Pineda estaba en el quinto puesto de reconocimiento y mientras a su candidatura solamente lo apoyaba Creemos, a otros candidatos los apoyaban tres, cuatro y hasta cinco partidos, lo que daba a entender un panorama desalentador. En ese momento Aníbal Díaz era el primero en las encuestas, lo respaldaban unos siete partidos y había quedado de segundo en las elecciones pasadas, había sido concejal y era el más conocido en Copacabana.

Pero con la nueva forma de relacionarse con la gente, sin agraviar a ninguna otra campaña, Johnnatan siguió abriéndose paso en la recta final de las elecciones.

“Nosotros no hablábamos de los otros candidatos, sino que insistíamos en contarle a la gente lo que queríamos hacer”, recordó el alcalde.

Faltando dos o tres meses para los comicios comenzaron a hacer mediciones propias y observaron que estaban subiendo entre los electores de Copacabana y a detectar en cuáles sectores no les iba bien. Por ejemplo, en los adultos mayores no los conocían por lo cual comenzamos a visitar los grupos de este conglomerado y darse a conocer hasta lograr crecer entre los gerones.

Y sonó la primera alarma. Restando 20 días para las urnas hubo una encuesta en la que ya aparecieron de segundos y aunque se asombraron les pareció ajustada a lo que ya se escuchaba en las calles, donde los veían como una buena opción.

“Esta situación nos causó mucho martirio porque pensábamos que íbamos a perder por muy poquito o a ganar por muy corta diferencia, pero también era muy impactante porque venir de menos a más y estar tan cerca nos llenaba de optimismo y sabíamos que el que va creciendo ya no deja de crecer, ahí nos dimos cuenta que éramos una opción real”, siguió recordando.

  

Huele a triunfo

En el embalaje final de la campaña Jonathan Pineda se puso muy cerca de los dos candidatos más opcionados Aníbal Díaz y Didier Rosero y en el parque se escuchaba que el ganador saldría de esos dos aspirantes, porque eran los que tenían las estructuras más fuertes y con mayor apoyo económico.

El día de las elecciones se recorrió todos los puestos y le llamaba la atención que la gente lo saludaba, lo reconocían y le decían que habían votado por él.

Luego del cierre de las votaciones estaban muy nerviosos y expectantes.

Junto con Ferney se fue a esperar los resultados en la vereda Montañitas. Allí no paraban de conversar y se preguntaban que les había faltado por hacer en la campaña, pero concluían que hicieron todo lo posible y aceptaban que modestamente nunca les faltó nada, porque la campaña fue solamente con volantes y de zapatos.

Después de las seis y media se conoció el primer boletín y para sorpresa de todos comenzamos de primeros en los resultados, lo que nunca dejaron de ocupar en los demás reportes. Después del quinto y del sexto boletines la diferencia, que primero era corta, se acrecentó a más de 500 votos, para terminar ganando la alcaldía con más de 2.000 votos.

“Yo saqué 13.700 y Aníbal Díaz un poquito más de 11.000”, expresó con felicidad.

A pesar que estaba cayendo un aguacero todos se bajaron para el parque y en ese momento Johnnatan vivió uno de los momentos más bonitos de su vida, al ver a sus padres llorando de la felicidad y todos los pelaos y amigos abrazándose.

Cuando va a cumplir un año de alcalde, Jonathan Pineda sabe que el reto es mantener vivo el proyecto político que iniciaron como concejalitos en el 2002 y para ello sabe también que tiene que gobernar bien para darle continuidad al proyecto político y lograr la meta que tiene de ser presidente de Colombia.

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