Sigue con vida el vejestorio Código Electoral de 38 años

Los mayorcitos de 50 y 60 años en Colombia seguramente se acuerdan de la frase famosa del humorista Hebert Castro cuando en su programa radial advertía que a Peraloca, uno de sus personajes “se le dijo, se le advirtió, se le recomendó, pero no hizo caso”.

Pues los Peralocas actuales son el ya exregistrador, afortunadamente, Alex Vega, el Congreso de la República y hasta el gobierno de Petro que por no hacer caso o no escuchar consejos el año pasado sobre el contenido, los impactos y en los vicios del trámite hoy Colombia vuelve y se queda sin un Código Electoral que sea un verdadero estatuto que integre todas las normatividades, hoy dispersas, en esa delicada materia para la vida democrática del país y se modernice, se actualice o se ajuste el sistema electoral.

Pues por no atender todas las alarmas que sonaron desde muchos sectores del país, entre ellos nosotros y muchas veces en Panoramapolitico.co, como también del exmagistrado electoral Guillermo Mejía Mejía en varios espacios periodísticos y la congresista Catherine Juvinao Clavijo, la Corte Constitucional en su ejercicio de revisión constitucional de una ley estatutaria acaba de declarar inconstitucional el proyecto de ley estatutaria por la cual se expedía un nuevo código electoral.

Mejía Mejía muy pendiente de la iniciativa en el 2023 envió previamente un escrito a muchos congresistas para que tuvieran cuidado con lo que se denomina el análisis del impacto fiscal de una ley, que está contemplado en La Ley 819 del 2003 que dispone que todo proyecto de ley, ordenanza y acuerdo debe tener un certificado del Ministerio de Hacienda o de las Secretarías territoriales de Hacienda en torno a cuánto cuesta al país una iniciativa.

Y con esta decisión de la Corte Constitucional se acaba de producir un nuevo récord Guinness porque en su mismo y mal recordado periodo como registrador nacional de Alex Vega le tumbaron dos proyectos de estatuto electoral.

Aunque aún no se conoce la sentencia de la Corte Constitucional, porque todavía no está colgada en su página electrónica, se deduce por lo que ha trascendido que una de las razones es que nuevamente no se tuvo en cuenta las secuelas fiscales en las finanzas de la Nación.

Vega es el primer registrador al que se le caen dos códigos en el cuatrienio que estuvo al frente de la Registraduría.

El Código aprobado en el 2020 lo tumbó la Corte al año siguiente.

Y el actual Código que fue radicado en el 2022 con el visto bueno del nuevo gobierno y aprobado en julio del 2023 corrió la misma suerte en su inspección constitucional.

Y todo parece indicar que esos dos reveces van a ser por las mismas razones.

La congresista Juvinao Clavijo dijo a la Cadena Caracol que Vega tenía un afán de hacer historia al dejarle un Código Electoral a Colombia, pero en las dos ocasiones recurriendo a las mismas prácticas. “Compró medio Congreso y lo puedo decir porque lo vi y repartió para buscar los votos múltiples vicios de trámite”.

Y precisamente por carecer de un adecuado estudio de pacto fiscal es que también parece que lo tumbó la Corte.

El cimbronazo fiscal para Colombia era muy fuerte porque a Vega se le metió en la cabeza crear 62 nuevos delegados del registrador en los departamentos. Hoy ya hay dos e iban a nombrar otros dos, o sea, cuatro por departamento, que no se sabía qué los iban a poner a hacer.

Pero además el proyecto proponía crear dos magistrados del CNE por departamentos, que tampoco se tenía claro que iban a hacer en épocas frías porque las elecciones son cada cuatro años y los pensaban designar con las mismas condiciones de un magistrado de un tribunal seccional.

En consideración de expertos eso valía toda la plata del mundo.

Era un descarado truco para alimentar el apetito burocrático de los legisladores que corrieron a aprobar la ley sin debate, como no tenían mucho tiempo pupitriaron una ley estatutaria que es muy seria o es una norma cuasiconstitucional.

Y claro se dio lo que tenía que pasar, que lo tumbara otra vez la Corte como efectivamente sucedió.

“No hubo un debate suficiente porque la plenaria lo aprobó en un solo día”, recordó Juvinao, quien agregó que la iniciativa tenía muchos problemas de fondo y que por esto está esperando el texto de la sentencia de la Corte.

En su criterio el proyecto era malo y dudoso, pero se pierde una gran oportunidad porque el país necesita un estatuto integral y completo que armonice y modernice las normas electorales.

“A empezar otra vez de cero”, lamentó la representante a la Cámara por Bogotá.

Cuestionó que Petro adoptó el proyecto de Vega hasta con mensaje de urgencia y así lo pupitriaron.

Pero las locuras de Vega no tenían límites. La iniciativa también planteaba que en Colombia se cambiara a un sistema de voto electrónico mixto a partir del año 2029, se introdujera la biometría para la identificación de los sufragantes con el iris, la ampliación de la jornada electoral, alarmaba en especial la entrega de poderes al registrador para sus ansias burocráticas y lograr así el voto de los congresistas y crear la cédula electrónica que no la aceptan en los bancos.

Los expertos fueron enfáticos en que Colombia no tiene hoy como comprar 120 mil computadores que son las mesas electorales que operan en todo el país.

“Es una locura”, dijo Mejía Mejía.

Juvinao Clavijo estuvo de acuerdo por los problemas que asumiría Colombia de haberse aprobado el voto electrónico mixto, porque es lo mismo que se está viendo en Venezuela y que es muy arriesgado para el país.

Recordó que hace más de una década el voto electrónico se puso de moda en los países del primer mundo, pero son los mismo que ya empezaron a desmontarlo porque es fácilmente corruptible, se pueden violar principios del sufragio como el voto secreto y en general esas máquinas son fácilmente vulnerables.

“Lo de Venezuela es elocuente y contundente cuando un gobierno tiene el dominio de la red de los computadores”.

Y compartió con Mejía Mejía que son carísimos. Recordó que durante las discusiones se reveló que tendrían un costo de 9 billones de pesos, lo que significaba otra reforma tributaria.

La congresista también insistió que el voto más seguro, como también lo ha recalcado miles de veces Mejía Mejía, es el voto análogo o manual que se puede contar en papel por testigos electorales.

Guillermo Mejía dijo que en 24 años que conoce a la Organización Electoral es el quinto o sexto proyecto de Código Electoral que se esfuman.

Así las cosas, Colombia sigue con un Código Electoral que ajusta 38 años desde 1986 antes de la nueva Constitución Política del 1991.

“Es un vejestorio de 38 años que más mal que bien todavía funciona”, dijo un experto.

Se trata del decreto ley 2241 de 1986 que tuvo que ser expedido como decreto ley porque también en esa época era imposible sacarlo discutiéndolo en el Congreso.

El gobierno de Belisario Betancur logró que le dieran facultades extraordinarias para expedirlo.

Fue así como se reunieron dos personas en solitario, el ministro de Gobierno, Jaime Castro y el registrador nacional de entonces Humberto De la Calle.

Ellos dos elaboraron un Código y les quedó bien hecho retomando leyes anteriores que estaban dispersas. Eran la Ley 28 del 79, la Ley 85 del 81 y la Ley 96 del 85.

Tras la nueva Constitución vinieron otros intentos de Código Electoral que han fracaso en darles vida jurídica.

Uno de ellos el del 2004 que llegó hasta la primera plenaria del Senado y lo archivaron, no le pararon bolas y no le dieron importancia.

Después el registrador Juan Carlos Galindo presentó un buen proyecto que fue concertado con el Consejo de Estado y con el Gobierno Nacional y avanzó hasta que llegó Alex Vega y lo modificó, pero la Corte también lo tumbó.

El Código de Galindo tenía 252 artículos y luego Vega le metió de todo con los congresistas y le agregaron otros 124 artículos más que es el que acaba de declarar inconstitucional la Corte.

De ese modo queda demostrado que si no es por medio de un decreto ley no es posible parir un Código Electoral.

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