A Caucasia sin Matasanos y el Alto de Ventanas

Por la tradicional Troncal Occidental de Colombia o por Santa Rosa de Osos – Yarumal – Tarazá la distancia entre Medellín y Caucasia es de unos 280 kilómetros, pero hay que subir a Matasanos y sobre todo la jartera, el aburridor, curvoso y siempre peligroso descenso de 55 km. del Alto de Ventanas.

Y ahora la nueva alternativa para viajar de la capital de Antioquia a la principal ciudad del Bajo Cauca por el Nordeste del departamento tiene una distancia de unos 320 km., pero la vía temporal es prácticamente llana o plana y lo mejor de todo sin nada parecido al Alto de Ventana con sus abismos y sus dificultades para pasar a los monstruos de tractomulas por lo estrecho de la banca.

Son más kilómetros por este segundo corredor vial, pero el viaje en carro es muy descansado porque no se atraviesan grandes accidentes geográficos, pese a que en la actualidad se emplea un largo tramo de la vieja Troncal del Nordeste, que fue por muchos años una trocha hasta antes de culminar el siglo XX, cuando los gobernadores de la época y en adelante comenzaron un programa de pavimentación de la red de carreteras secundarias que comunican a Medellín con las cabeceras municipales, en un departamento atrasado en buenas vías regionales y nacionales.

Para detallar en vivo y en directo, en el propio escenario, en la semana que transcurrió fuimos dos veces a Caucasia por la ruta del Nordeste y pudimos comprobar las bondades, las comodidades, los atractivos y posibilidades turísticas que ofrece este corredor para viajar en automotor desde Medellín al Caribe colombiano pasando por Caucasia.

El martes 2 de abril viajé en compañía y en el carro del gran amigo conservador Albeiro Valencia, un as del volante y con el acelerador al piso, con decir que todavía estoy buscando mis “huevos”. Fuimos el mismo día de Barbosa a Caucasia con el carro en movimiento imponiendo un récord de 3 horas 40 minutos. Y con una sola parada a tintiar en las afueras de Yalí en 4 horas y media. Y tras almorzar un inmenso y delicioso bocachico del Río Cauca nos regresamos a la 1:30 p.m. de Caucasia por la misma ruta y a las cinco de la tarde ya estábamos comprando carne en las carnicerías de San San José del Nus en plena carretera Cisneros – Puerto Berrío y después de coger un atajo destapado para salir a Maceo, la cuna de Albeiro, de los Cañas y de Ofelia Elsy Velásquez, todos políticos parroquiales.

En esa veloz experiencia ya tuve la primera aproximación o conocimiento del recorrido Medellín – Barbosa – Porcesito – Yolombo – Yalí – Vegachí – Remedios y la nueva y maravillosa carretera de cuarta generación y sin vacas entre La Cruzada (Remedios) – Zaragoza – Caucasia.

Albeiro Valencia es un amplio conocedor del Nordeste de Antioquia, del Magdalena Medio y del Bajo Cauca, además de un entretenido contador de anécdotas, chistes y de apuntes, al igual que de sitios de esas subregiones paisas.

Pero este primer contacto personal y periodístico con la ruta a Caucasia por el Nordeste, lo complementé con el segundo periplo entre sábado y domingo en la nueva camioneta del también enorme amigo y abogado Guillermo Mejía Mejía, de su prudente conductor el súper amable don Óscar y de la siempre tan querida y atenta dama para viajar doña Elsy Sierra, un cuarteto de pensionados.

Guillermo Mejía hace rato no iba por el Nordeste, donde en Remedios labora su hermano Óscar como notario municipal. Mejía se llevó tremenda y favorable sorpresa por la vía que hoy conduce a Caucasia por una carretera que no es por su Yarumal del alma y menos mal y siquiera que no es por Ventanas que le parece horrible.

Y el asombro del político liberal, analista, experto electoral y otros asuntos es que le parece increíble porque le tocó con barro y hasta por mangas transitar muy joven, en las décadas de los años 70 y 80 haciendo política y consiguiendo votos en el Nordeste con los políticos locales César Pérez García y Guillermo Gaviria Zapata, en un viejo Land Rover y atravesando por verdaderas trochas.

Cuando arribamos a La Cruzada y observó la nueva carretera no pudo sino exclamar: !qué maravilla¡

En esas andanzas proselitistas y luego como secretario de Gobierno de Antioquia, Mejía estuvo muy ligado a los problemas gravísimos del Nordeste, por la presencia de la insurgencia armada, sobre todo del ELN que se tomó a sangre y fuego a Remedios, Segovia y Zaragoza, por los paros cívicos, por las matanzas y otros muchos delitos que por tantos años han castigado a la población del Nordeste de Antioquia.

La otra maravilla del recorrido terrestre es que en los dos viajes nunca hubo ningún susto a lo largo de los más de 300 kilómetros tanto de ida como de regreso. El tema de la seguridad es el que más consultan los lectores de Panoramapolitico.co y por ahora hay que decir que no sucedió nada, pese a que la nueva carretera es todavía muy subutilizada, pues observamos poco movimiento de carros entre Remedios y Caucasia.

Esta nueva alternativa vial para los medellinenses, se puede dividir en cuatro tramos muy concretos.

El primero es el de Medellín a Barbosa que se puede hacer en menos de una hora, si se tiene suerte con el muy pesado y congestionado tránsito vehicular a la salida de la ciudad y al paso por Bello, para tomar la doble calzada Bello – Hatillo que es una dicha y se debe cancelar el primer peaje de 17.000 pesos en el polémico El Trapiche de los dos únicos que se encontrarán en el camino hasta Caucasia.

El segundo trayecto es la doble calzada entre Hatillo hasta Porcesito, para disfrutar de la hoy posible mejor y más veloz carretera de Colombia. Allí se hace un largo giro en U para comenzar a adentrarse en el verdadero, minero y agropecuario Nordeste antioqueño.

Después de dejar atrás a Porcesito comenzamos el viaje por la antigua carretera departamental que arranca pasando rápido a un lado de Puente Gavino y bordeando la margen izquierda del apacible Río Porce, ya más recuperado de su contaminación como Río Medellín al paso por el habitado y hacinado Valle de Aburrá, para alejarnos de este afluente al llegar a las partidas de Amalfi a la izquierda y Yolombó a la derecha.

A partir de este ramal es que se palpa el siempre histórico Nordeste en la formación de Antioquia. Se avanza por la única elevación de la ruta, que en realidad es un falso plano para cruzar rápido por la entrada a Yolombó y proseguir por una carretera totalmente pavimentada, en unas partes con placas de cemento y en otras con asfalto hasta llegar al único restaurante digno del trayecto como es “Las Colinas” en las afueras de Yali.

El tramo hacia Vegachí sigue en las mismas condiciones de una vía pavimentada, con muchas curvas, pero ya con nuevos detalles. Se comienzan a observar unas veces a la izquierda y otras a la derecha los trabajos de construcción con explanaciones, corte de montañas y montaje de largos viaductos de la nueva carretera nacional de cuarta generación que se unirá al tramo ya entregado entre Caucasia y Remedios y que terminará muy cerca de Maceo para hacer conexión con la vía Cisneros – Puerto Berrío.

Por todas estas grandes obras, en la antigua vía comienzan las restricciones con pares y sigas a cargo de personal femenino de la empresa constructora de la nueva carretera que es la Concesión Autopistas del Río Magdalena.

Los pares y sigas, muy cortos en distancia, perduran a lo largo del tramo Yalí – Vegachí y hasta Remedios, pero al mismo tiempo también se disfruta del acogedor paisaje todo verde del Nordeste, con pequeñas elevaciones o colinas y valles finqueros con buenas aguas para el pastoreo y la agricultura. Sorprendentemente se puede concluir que el Fenómeno del Niño con su fuerte verano no ha hecho muchos estragos.

El Nordeste paisajísticamente es muy encantador, por allí entró el progreso de Antioquia, pero los cascos o las zonas urbanas son muy feas. Hay mucho desorden en Vegachí y Remedios, pero hay mucha plata.

Después de atravesar El Tigre, Santa Isabel y pasar por el aeropuerto abandonado de Otú se llega a Remedios.

Pero antes en Vegachí se observa con tristeza el monumento al olvido con las ruinas metálicas de la enorme estructura deteriorada de lo que fue el Ingenio en esa población y de las malas decisiones de la clase política antioqueña.

Remedios es muy feo, pero se palma mucha actividad legal y hasta ilegal. La corta conexión vial hasta el corregimiento La Cruzada es la peor de todas del recorrido, es estrecha, en mal estado y hacinada por una de las pandemias de esta municipalidad, las motos.

Pero afortunadamente es un trayecto cortico y se termina cuando empieza la gran maravilla que puede cambiar la historia del Nordeste, los 130 kilómetros de una casi autopista plana hasta Caucasia, por la cual se atraviesa rápidamente a un lado Machuca o Fraguas, donde los elenos la embarraron matando a casi 100 personas al volar la tubería del oleoducto, también a Zaragoza, atravesar el largo viaducto sobre el Río Nechí, ver a lado y lado extensas y hermosas tierras y vegas ganaderas, cruzar por la entrada a El Bagre cuyo ramal de acceso adecuadamente pavimentado de 11 kilómetros más el largo puente La Libertad son los dolores de cabeza jurídicos del exgobernador Aníbal Gaviria y pasar también por la entrada a  Cuturú donde a finales de los años 90 el ELN nos tuvo detenidos durante casi un día y llegar al puente sobre el Río Cauca e ingresar al inmenso y desordenado Caucasia, para allí empatar con la Troncal Occidental rumbo al Caribe, pero sin haber sufrido a Matasanos y al Alto de Ventanas. Es un viaje que muy suave se puede hacer desde Medellín en cinco horas. Guillermo Mejía no lo podía creer.

Y cuando terminen toda esta carretera el trayecto entre Maceo – Yalí – Vegachí – Remedios – Zaragoza – Caucasia se podrá recorrer en tres horas. Una maravilla.

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