El “súper hombre” que puede ser alcalde de Itagüí

De la misma camada de políticos que transformó positivamente a Itagüí en los últimos quince años o lo dio otra cara administrativa, social, en seguridad, en el campo de la educación y deportes y en infraestructura física y urbana es el nuevo candidato a la Alcaldía de esta ciudad del movimiento por firmas “Itagüí Somos Todos”, Diego Torres Sánchez, quien además tendrá el coaval conservador, el apoyo de los partidos Liberal, Cambio Radical y la U, toda vez que hoy lo cobijan 15 de los 17 concejales itagüiseños.

Este profesional más que abogado es un hombre del Derecho o de la Rama Judicial, pero con fuertes inclinaciones hacia la actividad política. Se hizo en la vida pública al lado de los hoy congresistas de la República el senador Carlos Andrés Trujillo González y el representante a la Cámara, Daniel Restrepo, y también de la misma generación de la cual salieron el exalcalde Gabriel Jaime Cavidad, el actual mandatario municipal José Fernando Escobar y León Mario Bedoya, este último quien rompió relaciones políticas con sus antiguos socios y podría emular en las urnas con Torres Sánchez, aunque no ha dicho nada aún.

Su mejor amigo es Daniel Restrepo y ambos comenzaron en el trajín político desde sus barrios La Hortensia y Santa María, precisamente fundando el movimiento “Itagüí somos Todos” con el cual buscaron una curul en el Concejo Municipal, que le correspondió a Restrepo, mientras Torres se vinculó de lleno a la rama judicial, en la que se desempeñó en juzgados, luego como juez y después llegó a altos cargos dentro de la Fiscalía General de la Nacional.

Con Trujillo, del barrio La Independencia, se conocieron trabajando ambos por las acciones comunales de sus respectivos sectores en Itagüí y Torres acompañó a Trujillo en sus campañas al Concejo y a la Alcaldía porque le ayudó y cumplió en la rehabilitación de la vía de acceso a su barrio.

Por tal motivo desde ese momento le juró “lealtad por siempre” y Trujillo, Restrepo, Escobar y Torres han caminado juntos trabajando por dos temas que sacaron a Itagüí de seguir siendo “un estado fallido”: recuperar la confianza de sus habitantes y su seguridad, pero sin olvidar los demás asuntos sociales y de desarrollo municipal.

Este grupo de dirigentes fueron los encargados de diseñar y estructurar la política de seguridad, junto a todas las entidades del Estado, que le dio otro respiro a Itagüí como municipio y lo volvió a enrutar hacia la vocación de ciudad industrial que lucha por mantener y consolidar, para mejorar otro de los propósitos de esta generación de políticos: el empleo.

Esa política de seguridad fue ampliamente reconocida en el ámbito nacional y sirvió para los cambios que luego se dieron en la penalización del porte ilegal de armas.

El nuevo aspirante a la alcaldía por lo que también se denomina el trujillismo conservador le tocó desde abajo abrirse paso en la vida. Es hijo de un camionero y de una ama de casa que luego cursó estudios, por lo cual él y sus otros tres hermanos quedaron a disposición de los abuelos, que lo ayudaron a salir adelante.

Un familiar, el único profesional, le colaboró para estudiar derecho en la U. de M, pero murió al año, y por eso tuvo que hacer de todo, hasta coser, para ganarse la vida y pagar la carrera que logró culminar para luego tomar la gran decisión de vida: la política o la jurisprudencia.

Carlos Andrés Trujillo ya convertido en un político de figuración regional tras ser diputado y alcalde marcó el camino de Torres y Restrepo.

Este último fue elegido concejal de Itagüí 2015 y 2019 y Torres inició una gesta desde abajo en la Rama Judicial, en la cual fue ascendiendo hasta ocupar complejas responsabilidades como juez y fiscal, que le moldearon su carácter de no tenerle miedo a enfrentar grandes y peligrosas situaciones en lo público, además por sus estudios y la experiencia que fue adquiriendo en derechos humanos. Como fiscal de la Unidad de Seguridad Ciudadana le dio la cara como investigador, cuando nadie quería, a la grave crisis de violencia, de desorden y de protestas que se registraron en Urabá con la quema de peajes y de edificios públicos.

En esta labor de apagar incendios sacó a relucir una faceta de la que siempre se enorgullece, también es bombero y en tal sentido dijo con mucha decisión que es “de los bomberos que están en la línea de fuego”.

Y así se presentó este jueves 11 de mayo ante un grupo de periodistas que nos llevamos una tremenda impresión de este candidato por su historia de vida, su capacidad oratoria (no se cansó de hablar y tertuliar), y por su arrojo, temple y determinación para enfrentar los problemas sobre todo los de orden público, todo lo cual matiza con sus profundas convicciones religiosas porque se define como un “hombre de fe”.

Dos violentos episodios en Itagüí marcaron su existencia. La forma descarnada como una banda de delincuentes atracó y destruyó un vehículo en plena vía pública, pero sobre todo el asesinato por combos rivales de un sexteto de jóvenes músicos, amigos suyos, en un acontecimiento del que milagrosamente se salvó de morir.

Cuando por concurso de méritos se ganó la oportunidad se seguir avanzando dentro del poder judicial, sus amigos de siempre lo convencieron de renunciar a esos logros y vincularse de lleno a la administración de su municipio. Aceptó y trabajó tres años como secretario de Gobierno en la actual alcaldía de José Fernando Escobar, siempre con la mira de trabajar por la seguridad, lo que hizo, pero le tocó enfrentar la pandemia y salir a tocar puertas en busca de alimentos para las familias más vulnerables de Itagüí. Renunció con la idea de no inhabilitarse y aspirar al Concejo y seguir las huellas y cuidar la curul de su mejor amigo Daniel Restrepo hoy en la Cámara. Pero la vida le tenía tremenda sorpresa.

El primer candidato del trujillismo John Jairo Chica tuvo que dimitir por un drama familiar con un hijo y desde hace unos quince días Diego Torres está recogiendo firmas para avalar su candidatura a la alcaldía tras la impresionante y masiva manifestación pública que significó la apertura de este proceso en las calles centrales de Itagüí, en una demostración de gran apoyo popular, que seguramente ratificará en las urnas de octubre defendiendo seis premisas de gobierno:

  1. Seguir mejorando la seguridad.
  2. Movilidad y vías
  3. Empleo
  4. Oportunidades
  5. Inclusión
  6. Buen Gobierno

El humanismo que adquirió como concepción de vida en su paso por la jurisprudencia, lo inclinan a trabajar por un sector que lo enamora: los jóvenes.

Y su propósito es estar muy cerca de ellos, con las nuevas tendencias mundiales de la informática y los juegos. Y en ese sentido se considera un hincha número uno de los “súper héroes”, pero ninguno como el Chapulín Colorado, su verdadero súper hombre.

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