13 Abr El retorno de Iván Agudelo de la política a la academia
Esta semana adelantamos que fue muy nutrida la asistencia el recién pasado 11 de abril al acto de posesión del abogado Iván Darío Agudelo Zapata como nuevo rector de la Corporación Universitaria de Sabaneta, Unisabaneta.
Según el mismo Agudelo hubo de todos los colores y para todos los gustos. Hubo rectores, miembros de la Academia de Ciencias, científicos criollos y hasta políticos.
Se vio a Luis Pérez, Esteban Restrepo, José Obdulio Gaviria y exrectores de la Universidad de Medellín, Pedro Pablo Cardona Galeano e Iván Gómez Osorio.
También mensajes del rector de la Universidad Industrial de Santander, del congresista Mauricio Parodi, del presidente del Consejo Superior Universidad Cooperativa de Colombia, del veedor del Partido Liberal, de un magistrado de la Corte Suprema de Justicia, de la Academia Colombia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de la Academia Colombiana de la Lengua, de la Comisión Sexta del Senado y de Moisés Wasserman, entre otros.
Y Agudelo Zapata asumió ese cargo académico tras doce años en el campo político como diputado y congresista con lo que se puede considerar más que un discurso un interesante tratado sobre la trascendencia de la educación para el ser humano. Lea el que tenga tiempo:
“El presente, como una nota musical, nada significa sino en cuanto está ligado a lo pasado y a lo que ha de venir.” Walter Savage Landor.
Quiero iniciar mi intervención como rector de la Corporación Universitaria de Sabaneta, haciendo un reconocimiento a quienes me han antecedido en tan honroso cargo, convencido en que siempre se debe construir sobre lo construido, en reconocer y valorar, en sumar y multiplicar, y no en dividir y restar.
Para ellos, especialmente al doctor Alberto Uribe Correa, cuyos aportes a la educación son invaluables, mi agradecimiento por lo que le han aportado a la Institución.
Igualmente, presento un saludo especial a cada una de las personas que integran el Consejo Superior de la Universidad, así como al señor Alcalde de Sabaneta Santiago Montoya Montoya uno de los ilustres egresados de esta casa de estudios. A mi familia que me acompaña, especialmente a mi hijo Marco Antonio y mi hija Estefanía, jóvenes de 17 y 14 años.
Es por ustedes, por las juventudes, por quienes debemos trabajar y a quienes debemos preparar para resolver las preguntas y los problemas que nos impone la naturaleza y el mundo actual.
Saludo también a mis amigos y amigas de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, algunos que nos acompañan en el auditorio y otros de forma virtual.
Para mí es un privilegio contar con su amistad y su apoyo en cada una de las iniciativas que hemos tenido la oportunidad de aunar esfuerzos, como cuando creamos el Ministerio de Ciencia, cuando impulsamos la Ley Spin-off, cuando reestablecimos la enseñanza de la Historia en Colombia, cuando logramos aumentar la destinación de las regalías para la Ciencia, o cuando logramos establecer la destinación específica de regalías para la educación superior, entre muchas otras iniciativas que beneficiaron la educación y la ciencia.
Siempre unidos por un interés común, como estoy seguro que lo haremos desde esta, que es ahora su casa.
Saludo especial a estudiantes, docentes, personal administrativo y directivas de la Universidad, son ustedes el alma y vida de la universalidad que aquí se representa y se construye día a día.
Es con ustedes y por ustedes, con quienes voy a trabajar de manera incansable por seguir posicionando a Unisabaneta como un referente educativo para el país, con elementos diferenciadores que, en un universo de más de 8.000 millones de seres humanos, nos haga originales y nos permita brindar valor agregado a la sociedad.
A mis amigos y amigas de años de lucha por la educación y la ciencia, gracias por estar, no solo hoy, sino siempre, acompañándome en diferentes escenarios bajo la premisa que la Educación es el patrimonio más importante de una sociedad.
Hoy es un día muy emotivo para mí. Estoy agradecido con Dios y con la vida por permitirme seguir los pasos de mis antepasados.
Mi padre, Bertulfo Agudelo y mi pariente Hernando Agudelo Villa, que ya no están presentes en este mundo, fundaron hace siete décadas una universidad junto con muchos otros ilustres colombianos y colombianas, desde ese momento aprendí de él lo valioso de la educación como herramienta de transformación social.
Por eso he insistido en que la academia tiene un gran compromiso de construir sociedades y futuros más prósperos.
Es la educación la llamada a sacar lo mejor de nosotros y encontrar los puntos de unión, los puntos de encuentro, saber qué nos identifica, para que nos permita avanzar.
El origen de la Universidad tiene su fundamento en la necesidad de transformar realidades, de generar espacios de construcción de conocimiento que impacte en el futuro de la sociedad.
Así sigue siendo hoy, así debe ser la Unisabaneta que queremos. Una Universidad que nos permita cuestionar, que nos permita deliberar, una universidad que convoque a la reflexión, a preguntar qué historia queremos escribir cada uno de nosotros.
Porque en 20 años vamos a ver hacia atrás y nos preguntaremos cómo actuamos cuando podíamos hacerlo, qué historia queremos escribir, qué hicimos para que el futuro fuese mejor, para los nuestros y para los más desfavorecidos.
Y ese camino debemos iniciarlo de forma inmediata, porque la velocidad del conocimiento es cada vez mayor. Por ejemplo, las revoluciones industriales duran cada vez menos, para abrir paso a la siguiente.
Aunque en algunas partes de Colombia no ha llegado ni la segunda revolución industrial, evidenciado en la falta de electricidad que caracterizó precisamente este periodo de la humanidad, de ahí el contrasentido con ser Colombia una de las sedes de la cuarta revolución industrial.
Es un contraste con los desarrollos tecnológicos que actualmente tenemos, por ejemplo, mientras preparaba estas palabras que hoy comparto con ustedes, en solo dos segundos la inteligencia artificial casi descifraba gran parte del mensaje que quería transmitir, como si leyera mi mente.
Por eso, uno de los grandes retos que tendremos desde la academia es evitar que esa misma tecnología que nos permite vivir mejor, termine llevándose lo mejor de la naturaleza humana.
Resulta paradójico, pero nuestra esencia, nuestra individualidad, debe prevalecer y no terminar las personas al servicio de la tecnología.
Porque las grandes maravillas de la vida, como la música y el arte son resultados de emociones, momentos y situaciones que son irremplazables por cualquier tecnología.
Ahí, nuestro programa de Ingeniería deberá ser un tanque de pensamiento y desarrollo de capacidades para comprender y utilizar la tecnología al servicio de las personas.
Nuestras facultades con sus siete programas de pregrado, sus cinco especializaciones y su amplia oferta de extensión e investigación, deben estar orientados a resolver las necesidades sociales, a fortalecer una juventud que esté preparada para tomar mejores decisiones que las que nosotros hemos tomado, porque no olvidemos, cuando muchas personas se equivocan, un país se equivoca.
Estar preparados para resolver los problemas presentes y que están por venir, es parte fundamental de la tarea que tiene la Universidad, tanto con la oferta académica que actualmente tenemos, como la que seguro crearemos, pues Unisabaneta tiene el talento humano, el espíritu y la capacidad institucional para contar con muchos más programas académicos que impacten positivamente las necesidades que tiene el país.
Y no estamos partiendo de cero, hoy no puedo dejar pasar esta primera intervención como rector de Unisabaneta, sin mencionar lo que se ha construido.
Un programa de Derecho que ha tenido un modelo educativo innovador, con un énfasis marcado en la promoción y defensa de los derechos humanos, en medio ambiente y en acciones constitucionales. Que ha tenido una participación destacada en eventos nacionales e internacionales donde sus estudiantes han dejado en alto el nombre de la institución.
Las ciencias económicas y administrativas también son un gran baluarte de la institución, los programas de Negocios Internacionales, Administración de empresas y Contaduría Pública son carreras que se han posicionado en el ecosistema, brindando formación integral, con orientación al mercado, la gestión de la calidad y la auditoría, pero, además, con posibilidad de doble titulación, lo que es un elemento diferenciador para cualquier profesional que debe salir a competir en el mercado laboral, donde cada vez son más altas las expectativas de las empresas.
Y el naciente programa de administración aeronáutica y ciencias aeronáuticas, muy innovador y necesario para el país, precisamente en un momento en el que debemos revisar cómo el transporte aéreo dinamiza la economía, salva vidas y fortalece la integración regional de una Colombia diversa y excluida.
Y no menos importante resulta el papel que en la región ha tenido CAEQUINOS, que con su variada oferta técnica ha permitido fortalecer los procesos pecuarios que se adelantan en el departamento, haciéndolos más productivos y dejando la impronta de calidad en cada actividad ganadera o equina donde se desempeñen sus egresados.
Toda esa apuesta académica de pregrado se complementa con cinco posgrados que han sido pensados para la realidad del país, como el posgrado en justicia transicional o la especialización en derechos humanos y litigio internacional.
Podría quedarme hablando de todo lo que se ha construido, reconozco los avances en extensión y en investigación, el centro de idiomas y la oficina de egresados, pero hoy quiero, a partir de un reconocimiento de lo existente, insistir en que debemos unirnos para llevar a Unisabaneta a ser una universidad de vanguardia, transformadora y que llegue a los distintos territorios del país.
Una universidad que se piense para las futuras generaciones, que no solo otorgue un título, sino que construya una sociedad más equitativa y justa como valor transversal para sus diversos programas.
Mi compromiso hoy se refrenda, trabajaré con todos: estudiantes, egresados, docentes, directivos, autoridades públicas, academia de ciencias exactas, físicas y naturales y los diversos actores del ecosistema educativo y científico, para hacer una Unisabaneta de oportunidades.
Son ustedes y para ustedes, por quienes hoy asumo este reto, es con ustedes y para ustedes por quienes hoy, al lado de mi familia y amigos, voy a trabajar por construir capacidades y aportar al país, al departamento y al municipio que nos acoge, en formar profesionales y técnicos integrales, que sean mejores personas, mejores seres humanos y mejores profesionales.
No podría terminar esta intervención sin hacer un reconocimiento a mi madre Flor Cecilia Zapata que con su modesto salón de belleza nos sacó profesionales a sus nueve hijos ante la ausencia temprana de nuestro padre.
Finalizo con gran emoción, citando a mi padre Bertulfo, que nos enseñó en casa hace más de cuarenta años:
“No olviden que la universidad académica te otorga un título una vez en la vida, pero la Universidad de la vida te lo refrenda día a día”.
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