
01 Mar ¡Yiya vive!
Abro la puerta del apartamento y como siempre al entrar exclamo
-¿Yiya dónde estás?-
Y desde el fondo me responde la voz que durante 30 años de matrimonio me alegraba escuchar.
-Aquí estoy-, casi gritaba con su alegría amena, que siempre fue un bálsamo de vida.
Seguramente está viendo en la TV sus espacios favoritos musicales y los dramatizados colombianos. Le encantaban, era 100% farandulera.
…………
Anoche abrí la puerta del apartamento y la soledad me invadió, hace 365 días, 12 meses o un año que no ha vuelto a mis oídos ese querido y esperado:
-Aquí estoy-
Entonces qué pensar, qué reflexionar y qué preguntarme que después de un delicioso noviazgo de 14 años, ambos desde los 22 años, y después de 30 años durmiendo juntos, acaba de transcurrir un año sin la Yiya.
¿Pensar muchas cosas, reflexionar sobre tantas situaciones y me he hecho miles de preguntas sin respuestas sobre qué hacer?
Confieso que su muerte es todavía un garrotazo con el cual no contaba, pese a que a los periodistas nos toca, permanentemente, tener en cuenta la vida y la muerte. Informamos y opinamos de ambas instancias todos los días. Mejor dicho, pienso hace rato en la muerte, pero nunca se me pasó por la cabeza la de la Yiya, que me cogió de sorpresa porque siempre pensé que yo me iba antes, no he sido el más ortodoxo para cuidarme y ella respiraba salud. Que injusticia.
Pero a lo que quiero referirme es al año sin ella.
Yo que soy el materialista más espiritual que existe. O sea, un total contradictor, que no me ufano de nada, quizás solo de ser hincha del DIM, un demócrata que odio la violencia y un periodista que fui muy explotado, sí tengo para decir que fue devastador la pérdida de mi querida Yiya, pero intento sobrevivir.
Como suele ocurrir en estos casos, como una muletilla de los humanos normalitos como yo, llevo un año dándome cuenta, días y horas, de la falta que me hace esta mujer que, pese a mis grandes errores, nunca me dejó de acompañarme hasta que cerró sus ojos. Pero yo tampoco nunca la desamparé. Fue la única mujer de la que me enamoré y mi única pareja verdadera, aunque sexualmente no fui fiel. Que cosa tan difícil. Hay que tener muchas convicciones y personalidad y yo nunca lo logré. Pero no tuve una doble vida. Mi existencia fueron mis padres, mi familia, Yiya y Luismi, grandes amigos, hombres y mujeres. Mi trabajo. La política. Colombia.
Pero no quiero dramatizar más. Quiero expresar que ha sido un primer año, el más difícil, sin la Yiya complejo, extraño, medio aburridor, he cometido muchas más equivocaciones, también ha sido intenso.
Pero recordándola diariamente me ha ayudado a estar mas cerca de Luis Miguel, de su esposa, su familia nos ha albergado con cariño. Luz Miriam y el perrito Yoryi han sido la Yiya permanente en los asuntos cotidianos de la casa y hasta para los regaños por el desorden y el licor. Sé que la familia de la Yiya ha soportado con enorme tristeza la ausencia de su alegría, de su espontaneidad, de su ternura. Yiya era factor de unidad entre ellos. Gratitud con Cristina y Alfredo por estar cerca, sé que Toyita ha sufrido y llorado mucho porque se le fue su hermana compinche. Y el profe Édgar con sus motivadoras llamadas. Fuerza a todos. La familia sigue intacta, pero golpeada. Yiya está cerca. Lena, Carmen y Maribel han orado mucho por este pecador en soledad.
Muchos amigos nos han dado la mano con su compañía. Guillermo Mejía, Aleja, Jairo León, Carlos Franco y el Loco Morales han sido incansables. Gracias bacanes. Gracias también el gremio que ha estado cerquita. Y varios políticos que la conocieron.
Concejos, regaños, recomendaciones, duelos, orientaciones, que haga esto o que haga lo otro, que deje ir a la Yiya, no se para dónde, han sido muchísima de las observaciones que sé, con cariño, que me han brindado. He gozado y me he preocupado con todo ese tsunami de apreciaciones. Gracias a todos. La Yiya que me conocía como nadie, sabe que paro muy pocas bolas. Cabeza dura. Ya para qué.
Y Yiya, si te contara lo que me ha pasado con las chicas mayores de 50. Primero que todo no he conocido, en este año, ninguna como vos para ser capaz de aguantar a este imperfecto loco. Es imposible, todas son distintas. Pero grandes amigas y todas damas del pasado reaparecieron y me han dado una mano y han ayudado a vivir. A mi se me olvidó cortejar o enamorar. Contigo me bastó. Pero no quiero estar solo en estos últimos años que me quedan de vida, pues la salud tampoco es que sea la mejor y las inhumanas EPS son un martirio. Me duele todo, pero más tu ausencia y la carencia de tus cuidados.
Increíble, hasta alguien se ha atrevido, sin conocernos, a vociferar que fuimos un mal matrimonio. Yiya si les contáramos las facetas y momentos que vivimos tan dichosos. Pero tranquila, el malo de esa película dizque he sido yo. Algunas razones tendrán. Pero me he reído mucho de esos despistados o despistadas.
Ah y te cuento, doña Libia, como en los 18 años con nosotros, siempre preparando los platos que nos gustaban y cuidando tus suculentas y las orquídeas de tu sala. Sé que me mandaste un mensaje porque acaban de florecer en homenaje a tu memoria.
Por todo esto ¡Yiya vive!
David Atehortua
Posted at 17:55h, 01 marzoQue valor para escribir esa nota. Saludos Nacho de la familia Atehortua.
Yulieth
Posted at 08:15h, 02 marzoCarmensilla, así le decía de cariño, siempre en nuestros corazones, dejo muy lindos recuerdos.