15 Feb La democracia y la política colombiana a pleno pavor y furor
Marchas, gobierno, oposición, Trujillo, azules, debate, críticas, reformas, balconazos, Liliana Rendón, Luis Bernardo Vélez, la campaña en Antioquia y Medellín, candidatos y partidos ardiendo por dentro. Mejor dicho, la democracia colombiana en su máxima prueba, la política en todo su esplendor. Es un momento histórico o sin antecedentes, un gobierno de izquierda, popular o alternativo y sus contradictores en el centro y la derecha sacando todas sus baterías. Ojalá la madurez, la sensatez, la civilidad triunfen y el país no se nos vaya a descuadernar.
Los que nacieron a la política en el M-19, incluido Petro y según Bateman siempre plantearon que se fueron a las armas en busca de más democracia en Colombia, catalogaron a la democracia como una fiesta, guerrearon, firmaron la paz, han tenido ministros, alcaldes, gobernadores y ahora presidente con Petro, quien en su paso por el legislativo contribuyó a batallar contra uno de los peores males colombianos como es la corrupción en lo público.
Ellos ganaron y que gobiernen y que la oposición ejerza ese derecho democrático y controle a Petro que veces sale con unas ideas tremendas.
En ese panorama se está moviendo la política en este muy tenaz y animado 2023.
Gobierno y oposición es el esquema más viable políticamente de una sociedad y ojalá todo salga bien a la patria.
El tenaz debate a la reforma a la salud petrista ha sido extraordinario, enriquecedor, así tiene que ser, y ojalá el Congreso no sea inferior porque este asunto merece que el sistema sea cada vez mejor entre lo público y lo privado.
Que la salud no debe ser un negocio es una utopía porque en muchos casos lo es, pero no debe serlo en la parte asistencial y de atención médica al paciente.
Mi sufrida próstata sí que es testigo que algo o mucho debe cambiar o mejorarse en el actual sistema de salud de Colombia. Arriba el debate. Y eso que me sacan mucha plata para tan mala atención.
Después de estas elucubraciones en un país desigualmente libre, pasemos a la política:
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Y aunque las movilizaciones gobiernistas y de contradictores han copado la atención nacional, entremos a otros hechos políticos y el principal este martes de quincena, fue el final de la novela por la presidencia nacional del Partido Conservador.
Y el personaje hoy en la política parroquial es el senador antioqueño y conservador Carlos Andrés Trujillo González.
Lo conozco muy bien desde que se abrió paso al trajín público como presidente de la Acción Comunal de su barrio La Independencia, en Itagüí, estudió en Unaula, allí conoció a su linda esposa Patricia, es muy católico, hasta exagerados como buenos godos, llegó al Concejo de Itagüí, fue integrante del ramismo azul y llegó a la Asamblea de Antioquia con la mayor votación para la época, para dar el paso al ejecutivo como alcalde de Itagüí y desde ese momento esta ciudad no ha parado de progresar y salir adelante con él y con sus sucesivos alcaldes del grupo que armaron y que hoy representa el gran caballero y alcalde José Fernando Escobar.
Se le midió al Congreso de la República y el año pasado en su reelección al Senado obtuvo la segunda votación más alta de su partido y descrestó a todo el mundo cuando lo invitó Petro a hablar del país, lo que le abrió la puerta hacia la presidencia de su partido, la que logró el año pasado en una jugada maestra, derrotando al obsoleto pastranismo y colaborando con el nuevo gobierno. En diciembre Trujillo sorteó el primer embate contra su dirección al fallar a su favor el CNE una demanda contra su elección.
Recientemente una de las tantas cartas que ha suscrito y enviado en este año nuevo el vocero conservador en el Senado, Nicolás Albeiro Echeverry, una de ellas dirigida al Directorio Nacional azul, nos llamó la atención al pedir revisión en las relaciones del conservatismo con el Gobierno petrista y a los pocos días se presentó la rebelión dentro de esa directiva contra la presidencia de Trujillo, nos imaginamos por las presiones contra muchos de los directoristas de parte de círculos de poder en el país que les exigieron no seguir apoyando a Petro o presionar la colaboración a cambio de prebendas.
Recordemos que los conservadores no son oposición a ningún gobierno nacional desde Barco (86 -90) y no saben hacerla, eso entendió Trujillo cuando llevó a su partido a ayudarle a Petro.
Pero tan magistralmente como llegó a comandar a su partido, fue la jugada de Trujillo para entregar la presidencia, pues no fue por votación, sino por un gran acuerdo que le permite ser el único candidato que postulará el conservatismo a la presidencia del Senado para la tercera legislatura del 2024 al 2025.
Seguramente detrás de la salida de Trujillo de la presidencia del Directorio Nacional Conservador se movieron varios integrantes de su Partido, posiblemente el exsenador Juan Diego Gómez, quien de esa forma recupera la posibilidad de lograr el aval de su colectividad como aspirante a la Gobernación de Antioquia y de enfrentar a la fuerte dupla que hoy significa el acuerdo Trujillo – Julián Bedoya, quienes juntos se movieron por Bogotá en las últimas horas, hasta con visitas a la Casa de Nariño, para sortear la crisis azul.
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Y pasemos a otros temas. Con motivo de la reciente visita de la candidata a la Alcaldía de Medellín, Liliana Rendón, al corregimiento de San Antonio de Prado para recolectar firmas le hicimos la siguiente entrevista:
– ¿Tras visitar el corregimiento San Antonio de Prado cuál es el diagnóstico que tiene su campaña sobre la situación de los corregimientos de la ciudad?
Definitivamente los corregimientos de Medellín son una gran oportunidad para el crecimiento económico de la ciudad, descentralizar la ciudad, la producción de alimentos con valor agregado.
Nuestra campaña ya tiene identificadas y caracterizadas 6.500 mujeres rurales en nuestros corregimientos, que jugarán un papel primordial en nuestro gobierno.
– ¿Y qué ofrecerá para el bienestar de los habitantes de los corregimientos el programa de gobierno de Liliana Rendón?
Resumiré esa respuesta en 4 puntos clave: agroindustria, mujer rural generadora de riqueza, descentralización de los servicios administrativos de la ciudad y educación digital.
¿Y cuál es su apreciación del resultado que obtuvo en la última encuesta de la firma Pronósticos?
Todas las encuestas reales demuestran la gran aceptación que ha tenido la postulación de una mujer como alcaldesa de Medellín, con una visión de gerencia social incluyente.
Los ciudadanos ven en mi hoja de vida y transparencia en mi carrera política una garantía de lo que necesita Medellín.
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Recientemente un grupo de ciudadanos de Medellín, encabezados por el concejal Luis Bernardo Vélez se tomaron la Plaza Botero para y unirse en torno al propósito de cuidar a Medellín. De esta manera, presentaron el movimiento Cuidemos Medellín.
Este movimiento busca trabajar por las transformaciones culturales, sociales, políticas, económicas, ambientales e institucionales que hagan de Medellín, una ciudad protectora y garante de derechos, donde todos y cada uno de los ciudadanos, sean aliados en la búsqueda de un objetivo común.
Es por esto que el Movimiento Cuidemos Medellín es una invitación directa a cada persona que viva y ame la ciudad. La invitación es tanto para los habitantes de la zona urbana como de la zona rural a que se vinculen, desde el lugar que ocupen y desde las diferencias y diversidades a este trabajo decidido que busca convertir a esta ciudad, en un lugar para que todos podamos cuidar de nuestros anhelos más altos y de la vida de todas las personas que queremos y que necesitan más de nosotros por estar en situaciones de vulnerabilidad. Este proyecto es para recuperar una ciudad en la que se pueda transitar y disfrutar de los bienes públicos a los que tenemos derecho.
Para Luis Bernardo Vélez, cuidar a Medellín significa principalmente, proteger lo público, atender las poblaciones, respaldar las inversiones, reconstruir la confianza entre estado-empresa-sociedad, y cuidar de los espacios y escenarios que impulsan los procesos de desarrollo, inclusión, innovación e internacionalización para llevar a Medellín un paso más adelante y sobre todo, recuperar el diálogo.
social, devolver la conversación a la ciudad. Medellín ha sido tradicionalmente una ciudad conversadora” apunta Luis Bernardo Vélez. Conversando nos damos cuenta de aquello que necesitamos y aquello que soñamos. Cuidemos Medellín es una gran conversación que hoy estamos inaugurando.
Durante el evento, todos los acompañantes se denominaron Cuidadores, personas dispuestas a poner su granito de arena para la construcción y transformación de la ciudad. De este modo el Cuidador Médico se comprometió a cuidar la ciudad desde la atención a sus pacientes, la Cuidadora Mamá, a cuidar de la ciudad como cuida de sus hijos, el cuidador artista, representó lo que es por excelencia el modelo de cuidado: la cultura, la cuidadora joven, a cuidar del presente y el futuro y a que otras mujeres como ella, tengan la oportunidad también de cuidar sus sueños y así muchos más cuidadores de diferentes esferas sociales hicieron un compromiso. Cuidemos Medellín interpreta que ser ciudadano es ser un cuidador.
“Hoy estamos en esta plaza que ha sido encerrada. La Plaza Botero, símbolo internacional de nuestra ciudad. El deterioro social, humano y la pérdida del espacio público que todos los días al pasar por ella constatamos con terror y tristeza. Hoy, más que nunca, en este encierro, símbolo del fracaso y la traición a Medellín alzamos nuestros corazones y abrimos nuestras manos para CUIDAR A MEDELLÍN. Ciudadanos y ciudadanas, amigos y amigas, familiares, jóvenes, niños, profesionales, trabajadores y trabajadoras, cuidadores y cuidadoras, tú y yo: VENÍ JUNTÉMONOS Y CUIDEMOS MEDELLÍN” finaliza Luis Bernardo Vélez.
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