Germán Blanco, entre La pandemia y la protesta (1)

La actual presidencia de la Cámara del político y abogado conservador antioqueño Germán Blanco Álvarez entró en la recta final y se ha desarrollado entre la muy compleja y traumática situación originada por la pandemia del covid y ahora por las protestas sociales que han generado gravísimos y preocupantes hechos de violencia.

Blanco Álvarez accedió en “Conversaciones con Nacho” durante una visita del nuevo portal digital informativo Panoramapolítico.co al Congreso de la República a responder una serie de inquietudes sobre el alterado panorama político, social y en salud pública del país y sobre la forma como dirigió a la Cámara de Representantes en medio de esta nada fácil encrucijada.

En una primera entrega de estas conversaciones se refirió a su presidencia en la Cámara, la cual catalogó como algo excepcional para su vida pública. Y la segunda parte y entrega la dedicaremos exclusivamente a los asuntos electorales y políticos, sobre todo tras confirmar que se le medirá en las urnas y por primera vez al Senado.

Doctor Germán, usted arrancó su presidencia en todo el apogeo de la pandemia y la está terminando con pandemia y vacunación, pero en medio de un estallido de protestas sociales que tienen al país muy agitado. Qué añito. ¿Cómo se trabajó y qué resultados puede mostrar?

Ser presidente de la Cámara es una oportunidad excepcional y hacerlo en momentos de tanta coyuntura de salud pública universal y nacional también lo convierte en un momento especial.

¿Una verdadera contingencia como usted se refiere a ella?  

La Cámara de Representantes adoptó esa contingencia con medidas de semipresencialidad en sus sesiones, yo la mantuve porque nosotros no somos autoridad en salud pública, debíamos acogernos a los decretos sobre números de personas limitadas en recintos cerrados, distanciamiento, medidas protocolarias, etc. Esa semipresencialidad se convertía en un reto de manejar una plenaria con un número muy superior de conexión virtual y un número muy inferior de representantes presenciales, porque abríamos las puertas hasta los límites establecidos por la normatividad, pero a Dios gracias las cosas han salido y se entendieron por todos.

Se solicitó durante esta presidencia que los ponentes de proyectos estuviesen presentes, al igual que los citantes de debates para que ellos desde el atril llevaran el uso de la palabra, mientras que los demás podían estar en la virtualidad. Muchos otros han aceptado venir y participan en la plenaria de manera presencial cuando hay proyectos para votar.

¿Qué otras medidas se adoptaron para sesionar y responderle al país?

Pasamos de sesionar de dos días a tres, eso no tiene antecedentes en la Cámara. Acá sesionamos martes proyectos y miércoles debates, nosotros pasamos a sesionar martes y jueves proyectos, y miércoles debates de control político.

Esto en principio modificaba las costumbres, pero se aceptó por todos los compañeros y se nos volvió una forma de proceder internamente. Trabajamos los martes y miércoles en un horario preestablecido de dos de la tarde a nueve de la noche y jueves de nueve de la mañana a tres de la tarde, pero obviamente no taxativo o tajante, muchas veces hemos terminado a las doce de la noche, lo que depende de los proyectos.

Segundo, nosotros innovamos en que los miércoles se convirtieran en días de debate de control político exclusivamente a través de los partidos y para eso convalidamos mucho durante este periodo la presencia de los voceros de los partidos políticos y con ellos siempre acordamos que se permitiera la participación paulatina y progresiva de todos los partidos en un orden preestablecido, igualitario y eso ha sucedido, aquí todas las formaciones partidistas han hecho parte de las discusiones y no de manera individual por congresistas, sino por colectividades. Eso enalteció mucho el nombre de los partidos dentro de la corporación.

Tercero, hemos innovado en una serie de instructivos históricos muy grandes en la Cámara, que no tienen antecedentes y que han sido aplaudidos por los corporados, el Gobierno Nacional y por organizaciones sociales. Hemos institucionalizado unas plenarias de un día al año de temáticas exclusivas. Por ejemplo, hicimos la sesión sobre de la mujer, con proyectos de ley exclusivos sobre la mujer en fechas concomitantes al Día Universal de la Mujer, la sesión fue un éxito, se tramitaron y se aprobaron muy importantes iniciativas lideradas por la Comisión Legal de la Mujer de la Cámara.

También institucionalizamos la plenaria que tiene que ver con temas ambientales y animales, que serán concomitantes al Día Universal de la Tierra y esperamos que las mesas directivas siguientes lo continúan porque además es un buen ejemplo que se hizo por resolución y que debe fortalecerse.

Pero también asociado o concurrente al mes de abril creamos por resolución el día de la sesión de proyectos de ley de niñez, que fue también un éxito por la participación de instancias no gubernamentales, también gubernamentales, además de los debates críticos y constructivos muy importantes de todas las bancadas.

Y la cuarta sesión temática que pusimos en marcha fue la de asuntos y la de proyectos de ley étnicos y por tal motivo le entregamos el manejo, la dirección de la plenaria a la vicepresidente que es una mujer representante de las negritudes, una mujer afro y chocoana.

Todo esto muy bien, pero ahora cuando estaba a punto de concluir su gestión se estalló socialmente el país, la gente salió a las calles a protestar masivamente, se presentan duros enfrentamientos, muertes, heridos, desaparecidos, destrucción. ¿Desde la presidencia de la Cámara qué pasó y qué han hecho para ayudar a buscar soluciones?

Siento que la situación de contingencia de orden público, política y social es una secuencia estructural que no obedece a los año próximos pasados, no obedece a este gobierno única y exclusivamente, es una estructura de muchos años anteriores que se va acumulando, es una serie de prerrogativas que reclaman los distintos sectores de la sociedad, que tienen momentos álgidos obviamente, siento que estas manifestaciones venían aplazadas en el tiempo, que se aplazaron también por la contingencia de la pandemia.

Hay razón en las manifestaciones y mientras se mantengan pacíficas tendrán todo el respaldo del Legislativo, no al vandalismo, no al atentado contra la vida, no a los atentados contra los bienes públicos ni privados, ni contra la vida de ninguna persona en su calidad de manifestante, ni población civil ni mucho menos entre la fuerza pública.

¿Cree que habría un trasfondo político en todo este malestar social, de cara a la lucha por el poder en el 2022?

Creo que particularmente no es un trasfondo esencialmente desde lo político, que si hay un aprovechamiento político de sectores que quieren desestabilizar y que hacen un discurso político incendiario, pero los reclamos de la ciudadanía y de distintos sectores no son el reclamo de un partido o partidos  específicos, la inconformidad y los reclamos también están en la militancia de los partidos tradicionales, de los partidos de centro y de derecha, porque también ahí se sufre en las clases menos favorecidas, porque también ahí se esperaban oportunidades laborales y de educación, ese no es un tema de oposición y de gobierno.

¿Y qué papel ha jugado la Cámara para ayudar a buscar soluciones en toda esta muy compleja coyuntura de protestas?

La Cámara muy consciente del momento histórico decide declararse en asamblea permanente, en audiencia pública.

Estuvimos por diez días sesionando única y exclusivamente con motivo de la contingencia social, trajimos a colación acá al recinto a todas las organizaciones sociales para que intervinieran con sus representantes, pero también a la institucionalidad, para que dé frente al país explicaran de una u otra forma las posiciones.

Pero también fuimos al territorio, nos desplazamos a puntos muy caliente de la problemática en el país, que permitió de manera directa encontrar razones, explicaciones y levantar una relatoría de entrega al presidente de la República y a sus ministros para que abasteciera esas mesas de diálogo, de discusión, de consenso, de concertación y de conciliación que exige el país y que hoy tienen la observación de todos en la medida que se espera que más temprano que tarde se entreguen fórmula de solución.

¿Este país se va a descuadernar, a desestabilizarse?

Se ha empezado a desescalar la contingencia, han empezado a encontrar puntos de acuerdo. La regionalización de unos diálogos ha permitido que con actores sociales en la mesa se logren algunos acuerdos importantes.

Hay que reconocer los esfuerzos que están haciendo el Gobierno Nacional y el Comité del Paro, que estoy seguro tampoco cohonestan con el vandalismo, pero el país entero está esperando en todas las instancias que existan los acuerdos debidos, que progresivamente entreguen soluciones a la problemática, pero fundamentalmente al cese de esas actividades que hoy tienen afectada a toda la economía del país y a toda la vida social.

¿Protesta sí, bloqueos no?

Los bloqueos no son constitucionales ni legales, los bloqueos atentan contra la transitabilidad de la población y de los bienes, ahí es donde la fuerza pública actúa, lo que pasa es que a la fuerza pública se le exige, se le obliga y se le pide desde el Legislativo mesura en su intervención, racionalidad en su intervención para que no existan tampoco enfrentamientos de otro tipo que generen acciones que no son de derecho.

En el transcurso de esta grave coyuntura se hundieron las Reformas Tributaria y la de Salud, y van por la de la Justicia. ¿Cuál es su postura sobre esta situación?

Mientras que las reformas que se presentan no estén concertadas y conciliadas con todos los sectores, no triunfan, fracasan.

La Reforma Tributaria no fue debidamente concertada con todos los sectores sociales e institucionales y eso lo hemos escuchado de todos, entonces fracasó desde su presentación.

Las manifestaciones no se inician con la Reforma Tributaria, el detonante termina siendo la reforma. La Reforma a la Salud termina siendo víctima de las manifestaciones en la misma coyuntura, esta Reforma planteaba unos aspectos importantes, pero también se exigía y se necesita una concertación mayor para que se garantice también que a través de los partidos políticos y de la institucionalidad pública y privada se genere éxito en su aprobación y por eso fracasa.

Es muy difícil que reformas estructurales que se presenten hoy en Colombia sin ser concertadas, se vuelvan leyes de la República.

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