La política antioqueña sin ministro

Otro asunto político que tuvo generosa resonancia durante la semana que termina, fue el reclamo por la total ausencia y carencia de un antioqueño o antioqueña, con verdadera representación política, en el gabinete ministerial del presidente Iván Duque, inconformidad que encabezó el diputado uribista Andrés Guerra Hoyos, de la misma corriente del mandatario nacional. 

Inmediatamente y como contraparte y respuesta a esa protesta se adujo que el ministro de Minas y Energía, el economista Diego Mesa, es nacido en Medellín, donde residen sus padres. Aunque el lugar de nacimiento no se discute, lo que se precisa es que Mesa no es conocido en el medio político paisa, es más un bogoteño que se formó fuera de Colombia, donde se hizo amigo de Duque, pero quien no tiene ninguna representación política ni siquiera dentro del Centro Democrático de Antioquia. O sea, no representa a los que pusieron los casi dos millones de votos al presidente en Antioquia.

Ese reclamo revivió durante la semana que trascurrió por la presencia del Jefe del Estado en Medellín, donde quedó empeñado, porque cheques no trajo, con los recursos para el segundo tramo del Túnel Guillermo Gaviria Echeverry y el Metro de la 80. Pero esa exigencia es en realidad una deuda presidencial con Antioquia desde que Duque se posesionó el 7 de agosto de 2018 y dio a conocer a sus ministros, siempre con la ausencia de un antioqueño. 

Desde ese mismo momento trascendió como una posible causa para ese desaire con la tierra de sus padres, el hecho del tremendo lío para nombrar a alguien del CD paisa que tiene como diez tendencias, lo que originaría más calenturas, toda vez que si nombraba a un seguidor de Los Paolos, se enojan los ramistas, y si nombraban a uno de ellos, la furia sería de la valenciocracia uribista, etc. Y ese embrollo sigue persistiendo aún dos años y casi dos meses del gobierno de Duque.

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