La abstención es una forma de participación política

Uno de los hechos más significativos de la semana política en desarrollo del trámite en segundo debate por el Senado de la Reforma Política lo constituyó la caída o borrón de la propuesta de implementar en Colombia el voto obligatorio.

La decisión de tumbar ese artículo en el Legislativo la compartieron los analistas políticos Guillermo Mejía y Armando Estrada Villa, pues conceptuaron que la abstención es una forma de participación política.

Para Mejía Mejía era normal y lógico que se cayera el voto obligatorio porque la Constitución está montada sobre los mecanismos de participación ciudadana o de una democracia participativa, en la cual la abstención es una forma de participación política a través de no querer un ciudadano de participar en una elección.

O sea, dijo el perito, la abstención está justificada electoralmente.

También Guillermo Mejía dijo que si hubieran implementado el voto obligatorio no habría pasado nada, como ocurre en varios países de Latinoamérica con voto obligatorio. En el caso del Ecuador la apatía frente a las urnas sigue siendo del 50%

De otro lado, al expresidente del CNE le gusta mucho la financiación estatal total de las campañas para evitar que entren dineros sucios, pero le dejaron un hueco, una tronera con la posibilidad que los particulares también aporten con lo cual no se está haciendo nada.

“O es o no es, una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo”. Por ese huequito se van a desviar todos los aportes, porque unos candidatos tendrán aporte total del Estado y otros del Estado más un poquito de los particulares, lo que sería una norma funesta”.

En torno a la posibilidad que los congresistas no tengan la incompatibilidad de hoy en día de hacer parte del gobierno, dijo que es un poquito de tratar de acercarse al régimen parlamentario, en el cual los miembros del parlamento de allí mismo sacan al primer ministro del partido que ganó.

“O somos un régimen republicano o una república parlamentaria como en Inglaterra”, reclamó.

A Mejía Mejía no le gusta lo anterior porque en Colombia el Ejecutivo es una rama del poder público muy fuerte, la que maneja la plata, las fuerzas armadas, las relaciones internacionales y también es capaz de someter al Congreso que se supone debe ser independiente.

Con relación al transfuguismo dijo que no hay reforma política en la que no le metan ese articulito temporal para que todos los que estén aburridos en sus partidos se pasen para otros.

“Dejan esa puertecita abierta de dos meses y se verá como la coalición de gobierno no va a hacer como ahora sino mucho más grande”-

No era conveniente

Entre tanto, el exministro Armando Estrada celebró que se haya caído el voto obligatorio y en lo que coincide con Guillermo Mejía.

Para el catedrático Estrada no es conveniente y no es bueno porque en la Constitución la abstención tiene un peso significativo en relación con la participación popular en mecanismos como una elección general, los referendos, la revocatoria del mandato, los plebiscitos.

“Es bueno que se haya caído porque forzaba la votación y cualquier fuerza para que la gente tome una posición en un sentido u en otro va contra la libertad que tienen los ciudadanos de escoger su camino.

En concepto de Estrada quedan como puntos centrales de la Reforma Política el transfuguismo, que los congresistas puedan ocupar cargos en el Ejecutivo, la financiación de las campañas y las listas cerradas.

Recordó que el transfuguismo existió antes en la Constitución, cuando se permitió por un tiempo determinado que las personas cambiaran de partidos político.

Esto, dijo Estrada, generalmente se hace porque se cambia de partido con el fin de llegar a un partido con más fuerza y con más poder y que dispone de puestos y de prebendas.

“En esto hay algo que rompe con la ideología y se da cabal aplicación a que el que se cambie tenga una recompensa ya sea en puestos o auxilios”, comentó.

Pero dijo que el transfuguismo no es na buena medida porque colocan los intereses de unos corporados por encima de los partidos.

Ahora, en el hecho que se apruebe que los ministros puedan ser ministros es muy clara la distinción que existe entre los regímenes parlamentarios y el presidencial.

En el parlamentarismo los que sean elegidos al parlamento usualmente ocupan las carteras y quien encabeza ese partido se convierte en jefe de gobierno o primer ministro.

Ilustró que en el sistema presidencial los congresistas no están autorizados para ocupar ministerios ni posiciones en el ejecutivo.

Consideró que esa propuesta rompe en parte con unos de los requisitos o de la forma de funcionar del régimen presidencial y acercar tímidamente al parlamentarismo.

Estrada advirtió que esta medida en el medio colombiano tiene otras implicaciones y es que la división de poderes se rompe en una alguna medida y es por el clientelismo, porque el Presidente por medio de puestos van cooptando poco a poco al Congreso que va perdiendo independencia y también por medio de nombrar dos o tres congresistas como ministro.

“Tampoco es buena esa propuesta”.

Sobre la financiación dijo que es válida la crítica de Mejía Mejía de permitir dineros privados, lo que no mejora el funcionamiento de la democracia y tampoco sería un instrumento contra la corrupción.

Y ratificó que es partidario de la lista abierta y no de la cerrada porque permite que aumente la representatividad u hace que lleguen al Congreso los candidatos que el pueblo quiere, mientras que con las listas cerradas se fortalece el poder de los dirigentes de los partidos y disminuye el poder del ciudadano, que debe ser quien decida quién debe ser corporado.

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