
05 Abr Duelo jurídico por elecciones en Apartadó
Las muy hirvientes elecciones atípicas de Apartadó originaron a su vez un muy interesante, emocionante, pero también súper caliente duelo de tesis jurídicas entre dos buenos amigos y abogados expertos en los muy apasionantes asuntos electorales.
En una de las esquinas del tinglado electoral está el expresidente del CNE, el muy curtido también en los avatares de lo público y lo político Guillermo Mejía Mejía. Y en la otra arista la última gran revelación del litigio electoral, el hombre de Cisneros, Martín Cardona Mendoza.
El meollo de este delicioso enfrentamiento tenía que ser los comicios atípicos de este domingo, para elegir al nuevo alcalde de Apartadó, ante la anulación de la elección del alcalde elegido en octubre del 2023 Héctor Rangel Palacio. Pero este lance se pone mucho más intenso y antagónico debido a que precisamente sus partidarios volvieron a inscribir como candidato a Palacio, tras estar un año y hasta hace pocas semanas atrás como mandatario de esta ciudad del Urabá antioqueño.
Entonces el cotejo jurídico por argumentos abismalmente contrarios, promovido desde Panoramapolitico.co, quedó casado y sustentado por las tesis polarizadas que ambos juristas esgrimieron en sus artículos de opinión en el portal digital colega de Juan Paz.
Martín Cardona defendió la inscripción de Héctor Rangel Palacio, de quien también en su apoderado jurídico, con un artículo titulado “Fuerza Rangel”, mientras que Guillermo Mejía expone criterios totalmente distintos y manifiesta en su nota de opinión titulada con sabrosa ironía y sarcasmo “Un municipio de Colombia lleva un año y cuatro meses sin alcalde” que para él Rangel está out o inhabilitado como candidato a mejor no puede ser candidato.
La postura de Mejía recibió un caudal de voces de apoyo de lectores de Panoramapolitico.co, al tiempo que el gran litigante Cardona se quedó solo con su posición.
Recordemos que un juez administrativo de Turbo ordenó la muy polémica inscripción de la aspiración de Rangel, que para los que alegan su inhabilidad es un claro acto de prevaricato de dicho funcionario de esta rama.
Sin embargo, la Registraduría de Apartadó cumplió la orden judicial y lo registró como candidato, lo que no exime al CNE de su competencia para decidir si esa inscripción está o no regida bajo cánones de legalidad.
Pero a pocas horas de los comicios atípicos en Apartadó, el politizado CNE de Colombia no ha cumplido con su obligación de dirimir este caso.
El martes y miércoles los consejeros electorales aplazaron la determinación y este jueves deliberaron entre las ocho de la mañana y el mediodía y tampoco salió humo blanco sobre la situación de Rangel, pero si habilitaron a Romero, otro de los candidatos, al negar una ridícula impugnación dizque porque era o es concejal.
Mejor dicho, tres intentos fallidos del CNE y de esa manera el solitario de Martín Cardona va ganando la disputa jurídica porque su pupilo o cliente mantiene aún su inscripción y su foto está dentro de la tarjeta electoral.
Pero no puede cantar victoria porque este pleito no termina este domingo con las elecciones y con un eventual triunfo electoral de Rangel, quien dizque es tan favorito, pese a las dudas de la legalidad de su inscripción, que no tiene pierde. Eso dicen. A mí que me esculquen.
Tanto Cardona como Mejía están muy seguros que si Rangel es reelegido, a tan solo un año cinco meses de su anterior elección, le caerá una cascada de demandas electorales porque ante la justicia administrativista, y no ante el CNE, entrará en acción ahora sí muy en serio, un litigio judicial para saber con certeza quien tiene razón entre los dos sobre ese enredo tan aburridor del latín de los estrados entre efectos EX TUNC y EX NUNC, que es más fácil resolver un examen de trigonometría política o que a Petro lo designen presidente del CD.
Pero también hay que tener mucho cuidado porque hasta podría haber denuncias penales, en caso que se configure un fraude a sentencia judicial por no hacer caso que se podría estar desconociendo un fallo del Consejo de Estado.
No sé cuándo, pero el perdedor queda sometido a ser el anfitrión de una velada con whiskey y buenas viandas. Yo seré el interventor. Jijijiji.
Pero mucho cuidado. Es mejor que el sheriff o el alguacil que eligieron en Antioquia como egobernador, que solo le gusta hablar de tropeles, esté atento porque reina mucha tensión en Apartadó, lo que podría derivar en algún lío tenaz en el orden público.
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