04 Sep César Pérez García nunca fue enemigo de la izquierda en el Nordeste
La tesis de la Corte Suprema de Justicia que el político liberal César Pérez García fue un determinador central en la masacre que los paracos perpetraron en Segovia, por la cual fue condenado a 30 años, y también en el asesinato del alcalde de Remedios, Elkin de Jesús Martínez por el que acaba de ser condenado a sus casi 90 años de edad a más de 23 años de prisión, porque estaba perdiendo su poder político electoral a manos del partido de izquierda de la UP en esas dos poblaciones del Nordeste, no parece muy convincente para varias de las personas a las que consultamos si consideran que Pérez García, a pesar de ser muy polémico, era capaz de llegar al extremo de ser un homicida por política y respondieron que estaban seguros que no era un asesino por la sencilla y contundente razón que César Pérez fue un liberal de izquierda y gran amigo y muy generoso con los grupos contestatarios en esa subregión, a los cuales muchas veces ayudó y con los que hizo coaliciones políticas.
Promediando la década de los años 80 del siglo pasado, el mapa político como la vida se trastocó para todo el mundo en el Nordeste con el violento conflicto o mejor guerra entre paramilitares y guerrilla tras el detonante por el asesinato del padre de los Castaño en Amalfi.
El trabajo político de los partidos tradicionales, Liberal y conservador, no fue la excepción y fue duramente afectado. La votación decreció, muchos dirigentes no pudieron volver a la zona minera y a todo el Nordeste, la izquierda a través de la UP logró ascender en militancia y en electorado, pero tampoco del otro mundo como para concluir que eran mayoritarios.
Históricamente el Directorio Liberal de Antioquia en la época del Guerrismo fue la principal fuerza electoral y sus principales líderes en Segovia y Remedios fueron César Pérez G. y Guillermo Gaviria Zapata, quienes entre 1986 y 1987 se marcharon de esa matriz bermeja y junto al bacalao Antonio Yepes como gobernador ante la renuncia a ese cargo de Bernardo Guerra, fundaron Convergencia Liberal.
Pero ya esta nueva tendencia liberal no solo estaba circunscrita al Nordeste antioqueño, sino que ya tenía presencia electoral en varias de las nueve subregiones del departamento para sacar representante a la Cámara, diputado y concejales entre ellos el de Medellín.
Pero los orígenes políticos de César Pérez se remontan a muchos años atrás de 1988, en los 70 cuando participó en la fundación de la Izquierda Popular Liberal junto a William Jaramillo, León Arango Paucar, Alberto Agudelo Villa, William Whitte, John Vallejo, Julián Pérez Medina, Jairo Gallego, Nora González, Jesús Fernández, Evelio Ramírez y el Loco Jaramillo, que fue la base que años después derivó en el Directorio de Izquierda Liberal y luego el Directorio Liberal Departamental conocido como el jaramillismo liberal.
Sin embargo, Pérez García siempre fue un imperativo en política y se marchó de ese grupo e ingresó al oficialismo liberal que era el Directorio Liberal de Antioquia que ya estaba al mando de Bernardo Guerra.
Y fue tan loco, maldadoso y travieso en política que luego de irse de ese primer grupo a William Jaramillo lo llamaba el enano y a Federico Estrada, Melchor. Era muy necio, pero no un asesino.
Fue un Lopista convencido y participó activamente en su elección presidencial de 1974 y por esa época tuvo gran empatía con el proceso socialista cubano y fue uno de los líderes de la fundación en Medellín de la Casa de la Amistad Colombo Cubana que operó durante muchos años en lo que hoy es la glorieta de la Minorista donde termina la calle De Greiff. Viajó a La Habana y se entrevistó con el Comandante Fidel Castro, trajo a Colombia una delegación de ese país que recorrió el Nordeste y por ese motivo comenzó a ser apodado El Comandante.
Por eso para varios dirigentes de la política que estuvieron cerca de Pérez G. tienen la muy seria impresión que hay una mano negra en todo este episodio de su juzgamiento, al tiempo que se escucharon frases muy fuertes como la de Guillermo Mejía, quien comenzó política con Pérez, de que es el típico caso del cordero al sacrificio o la de otros que se trata de un chivo expiatorio.
Guillermo Mejía recordando esos años dijo que nunca le escuchó a César Pérez expresarse en malos y amenazantes términos contra la UP porque estaban obteniendo una buena votación en el Nordeste. Nunca se molestaba por eso, dijo. “Le pasó lo mismo que a Santofimio”, recalcó.
Uno de sus alumnos políticos el excongresista Carlos Arturo Piedrahíta dijo que “Jamás un asesino, Qué dolor. César un “artesano de la educación” como él decía que lo llamaran y le toca un final de sus días muy triste. Va cumplir 90 años en el 2025. Qué final tan duro para un hombre de la calidad de César. Recuerda que fundó en Medellín la Casa de la Amistad Colombo-Cubana. Toda la gente de izquierda lo buscaba y él les daba apoyo”.
El abogado y periodista Eduardo Aristizábal hizo sobre este caso la siguiente pedagogía: “La verdad procesal y la verdad material, real, pueden ser diferentes.
La verdad procesal se refiere a los hechos que han sido probados de acuerdo con las reglas y procedimientos establecidos dentro del marco legal. Estos procedimientos pueden incluir la presentación de pruebas, el examen de testigos y la argumentación legal. La verdad procesal se limita a lo que ha sido demostrado o admitido durante el proceso legal.
La verdad material se refiere a los hechos reales y substanciales detrás de un caso legal, independientemente de si han sido probados o admitidos en el procedimiento legal. A menudo, se considera que la verdad material es más amplia y abarca aspectos que pueden no haber sido completamente revelados o probados durante el proceso legal, pero que sin embargo son fundamentales para comprender completamente la situación.
El exdirigente sindical, político y deportivo Mario de J. Valderrama comentó que “plenamente de acuerdo contigo mi querido Nacho. Que lodazal nuestra justicia. Mira lo que dice nuestro amigo Édgar Tobón Uribe, propietario de la Librería Señal Editora y quien fuera durante muchos años un probo operador de la justicia: De Pérez se puede decir de todo por clientelista, pero menos de homicida. Se le creyó, judicialmente, a supuestos testigos del me comentan, me dijeron, en esa superficialidad de eso llamado: Rama”.
El abogado, exprocurador, exdiputado Héctor Jaime Guerra nos ayuda diciendo que “Nacho estoy de acuerdo con usted. En esos casos tan emblemáticos y delicados ha habido muchas manipulaciones probatorias y políticas; falsedades testimoniales y hasta montajes político-judiciales.
La verdad procesal en este tipo de entramados, muchas veces no coincide con la verdad de lo realmente acontecido. Dios sabrá cuáles fueron las verdaderas causas y responsables de tan horrendos y execrables hechos.
Lo cierto es que -por la época- y en todo el país se estaba acometiendo uno de los mayores genocidios que se han dado en nuestro país, la persecución exterminio de la Unión Patriótica, violencia y criminalidad que no solo fue en el Nordeste, sino en todo el país, pero fundamentalmente, en Urabá, región (según la memoria documental que al respecto existe) en donde se acometieron la mayor parte de esos deplorables crímenes.
Tengo buenos recuerdos de mi compañero diputado César Pérez García, a quien conocí como un hombre bonachón, líder liberal fogoso, gran conversador y colaborador de buena vibra”.
También se expresó el joven abogado y político Alex Chaverra, quien comentó que “mucho pesar por el Dr. Pérez, ayudaba a quién le tocara.
Me toco militar en su movimiento muy poco en su compañía antes que lo arrestaran, pero en lo personal tengo mucho que agradecerle.
Lástima tantos ingratos que pasaron en búsqueda de favores por la rectoría de la UCC y que después murmuraron y gozaron de su desgracia”.
Y un lector eterno como es Medardo dijo que “es un chivo expiatorio”.
Una de las chicas mejor redactadas en la política criolla, la abogada Tatiana Gutiérrez también aportó su opinión y manifestó que “esa mentira ha servido a muchos de verdad y estrategia”.
Y terminamos con la contundente declaración del político y empresario Nacho Guzmán: “Acompañé por todo el Nordeste a César Pérez García en sus campañas siendo yo presidente del Comando Departamental de Juventudes y perteneciendo al Grupo Medellín.
César Pérez siempre fue un liberal de la social democracia. Amigo de muchos líderes de la izquierda colombiana con los cuales asistió a crear la casa colombo cubana y la colombo coreana.
Muchos de ellos sino la mayoría dieron testimonio de él.
Claro, la justicia colombiana creyó más a un bandido que buscaba beneficios, el tal Vladimir, y a la verdadera culpable de esa masacre la alcaldesa de la UP asilada en Europa y a quien le pusieron la tarea de hundirlo. (Dicen en la zona que Fidel Castaño, quien había recuperado varios camiones de ganado robados por la guerrilla y se los detuvieron en el pueblo de paso; le hizo saber a la alcaldesa que si no levantaba la detención de esos camiones y moría alguna res las cobraría con vidas humanas como efectivamente ocurrió). Allí mataron más amigos de César que de la alcaldesa.
Por César Pérez doy testimonio de total demócrata, quien jamás ha hecho daño a nadie.
Los odios políticos y la envidia a un liberal exitoso a quien tanto debemos, lo llevaron a esa injusticia”.
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