
29 May De Búcaros Búcaros a Sumercé y al otro Nápoles
Pese a que la política sigue bien loca por Medellín, Antioquia y Colombia con Petro sacándole la chispa a más de un colombiano de derecha, nos fuimos a completar dos semanas de vacaciones tras la primera por la República Argentina y la segunda semana en una travesía por Bucaramanga – Villa de Leyva – el parque temático Hacienda Nápoles – Medellín.
Este recorrido por carreteras nacionales con una alta accidentalidad, pero para tranquilidad con muchos tramos de doble calzada que le han cambiado afortunadamente la cara a las vías colombianas.
Antes que se declarara mundialmente la pandemia del Covid y apareciera el fatal cáncer de mi Yiya, junto a ella y al hijo Luismi hicimos el viaje a Bucaramanga para seguir por tierras santandereanas hasta Paipa, Duitama, Sogamoso y el Pantano de Vargas y regresar por Tunja y Honda, al otro día subir al Alto de Letras, bajar a Manizales, dormir en Pereira y retornar a casita en Medellín.
Esta vez el plato turístico era conocer a Villa de Leyva, proyecto que tenía en mente, pero postergado varias veces, en compañía de una muy querida mujer, toda una dama, también viuda, grata compañía que ha ayudado a apaciguar la ausencia de mi Yiya, con obvias diferencias de criterio sobre la vida, pero que con tolerancia y errores venimos cumpliendo el trípode de compromisos que nos impusimos de acompañarnos, disfrutar y de compincherías. No es fácil, pero lo hemos logrado, con altibajos, en gran parte de la fraternidad que sostenemos y a la cual cada uno aporta lo suyo. El Nacho pos-Yiya es más relajado, tranquilo, sin los aceleres que tanto me hicieron daño y con el convencimiento que nunca me volveré a enamorar, pues con la Yiya fue suficiente. Pero la mujer me hace mucha falta y soy gran amigo y defensor de su papel en la realidad social.
Por eso guardo un gran cariño y recuerdos por mujeres amigas que jugaron un enorme papel en muchos campos de mi existencia como las dos Flacas, Nancy Amarís, Nanita, Betty, Patricia Muñoz, las Claudia Posada, Bedoya y Consuegra que me animaron tanto en el campo de la información política.
Pues con la contestataria, ya que no le guarda nada a nadie, lo que me hacer reír mucho y también me saca más de un enojo, o sea, las casi empoderadas de hoy en día, pero súper atenta y afectuosa Elsy Sierra nos fuimos a celebrarle su cumpleaños XX, en momentos muy dramáticos de su familia por la reciente pérdida eterna de doña Tita, quien viajó a sus 96 años fumando y tomándose sus guaritos.
Búcaros Búcaros
Bucaramanga estaba adornada de amarillo.
Recorriendo sus calles el pasado martes 21 de mayo se veían los establecimientos comerciales, sobre todo los de comida y expendio de licores, colmados de gigantescos arreglos con bombas amarillas.
Ese martes el Atlético Bucaramanga se la jugaba toda en una fecha decisiva de los cuadrangulares finales del rentado colombiano.
Fue una fiesta amarilla que no terminó muy favorable a los Búcaros porque de locales no lograron vencer a Millos, como lo habían conseguido de visitantes en el Campín bogotano.
La expectativa de los bumangueses con la actuación de su onceno es enorme, porque es el único equipo histórico del profesionalismo colombiano que no ha podido ser campeón.
Ese martes llegamos a la capital santandereana procedente de Barbosa, Antioquia, donde habíamos pernoctado en la finca del siempre atento y bacán de Albeiro Valencia y de esa manera nos ahorramos esa mañana de viaje el cruce por todo el Aburrá Norte, sobre todo el paso por Bello.
Después de un generoso desayuno al estilo Albeiro, iniciamos como a las 8 a.m. el recorrido en la querida y trajinada Duster, acondicionada técnicamente para el viaje primero por la espectacular doble calzada hasta Cisneros, luego por la muy aceptable vía a Puerto Berrío con su nuevo puente y variante para empalmar con la Ruta del Sol hasta La Lizama, y recorrer un carreteable de calzada sencilla, en buen estado pero muy peligroso por tener que enfrentar esos monstruos de tractomulas que llevan la economía de este país.
De la Lizama se desprende la magnífica carretera en ascenso hacia Bucaramanga, donde durante dos días permanecimos en el amañador Hotel Chicamocha y que aprovechamos para comprar zapatos, recorrer tranquilamente la ciudad en la que su nuevo alcalde está dando una frontal batalla contra la migración de venezolanos dedicados a la delincuencia y también contra el microtráfico en los parques de la llamada “Ciudad de los Parques”.
Cita con el pasado
Para llegar a nuestro objetivo central del periplo cumpleañero, que era la histórica Villa de Leyva, en Boyacá, hay que recorrer Santander de norte a Sur y atravesar la inmensa cordillera Oriental, por una carretera aceptable, pero que infunde respeto por las curvas y por lo transitada. Adelantar un pelotón de tres o cuatro mulas no es tarea fácil y que se complica por el nerviosismo de la copiloto que hace mucha fuerza para aguantarse el pánico. Y se aguantó.
De la capital santandereana se sale bajando para cruzar rápidamente Floridablanca y Piedecuesta y descender hasta el fondo del Cañón del Chicamocha, en el sitio tan conocido como es Pescadero.
De allí se sube a una cita con las nubes en todo lo alto de la cordillera, con curvas tras curvas y más curvas, pero con agradables paisajes en el fondo y abismos, y complementado por un descanso en el Parque Nacional de Chicamocha, que permite visitar sus alrededores, pues no ingresamos porque el camino era muy largo hasta el reencuentro con el pretérito que es Villa de Leyva.
Luego de coronar los picos orientales de Colombia, la vía se desliza hacia agradables valles donde aparecen San Gil y El Socorro, para seguir hacia Barbosa y degustar allí, en los límites departamentales de Santander y Boyacá, los sabrosos y variados bocadillos de Vélez, donde los fabrican y que nos acompañarán en el resto del paseo y viajarán hasta Medellín, pensando en la mazamorra que este miércoles preparará doña Libia con un típico paisa a base de fríjoles.
De Barbosa seguimos e Moniquirá donde decimos adiós a la vía nacional hacia Tunja para proseguir por una hermosa carretera departamental que en 37 kilómetros nos llevará a la cita con la historia en Villa de Leyva tras dejar en el camino a Santa Sofía, que no es un pueblo con iglesia, sino una iglesia con pueblo por su inmensidad para el pequeño pueblito.
Las nalgas nos avisan a los dos pasajeros con mucha claridad que llevamos casi 9 horas de camino y la Duster está pidiendo también un descanso.
Los dos días que vivimos en Villa de Leyva fueron maravillosos, porque no había visto tan fiel la arquitectura castellana y barroca española en todo su esplendor, además de todas sus calles empedradas que hacen saltar las ruedas de la camioneta, que estacionamos en el parqueadero del hotel para recorrer a pie unos metros y quedar boca-abiertos con la inmensa plaza de miles de piedras bien ordenadas, que por whatsaap el analista electoral Guillermo Mejía nos recordó que Gustavo Rojas Pinilla la llenó en la campaña presidencial de 1970, en las que en la noche iba ganando, el país se paralizó por orden del presidente Carlos Lleras, quien declaró toque de queda y apagó a los medios de información, el lunes amaneció perdiendo con Misael Pastrana, resultado y maniobra electoral que después sirvió como disculpa, por las sindicaciones de fraude en las urnas, para el nacimiento del Movimiento 19 de abril (M-19), precisamente la fecha de esos polémicos comicios. Y 44 años después uno de sus guerrilleros es presidente de Colombia.
Recorrer sus callejuelas, visitar sus casas con hermosos portones, loliar en sus tiendas comerciales y dialogar con sus atentos pobladores es un placer al escuchar el educado sumercé.
Allí nació Antonio Ricaurte y murió nada menos que Antonio Nariño.
Y tras disfrutar de esta población, no me queda sino decir que es un destino mucho mejor, más bonito e hispano que Santa Fe de Antioquia y que Barichara que también tienen ese legado, toque y herencia española.
Mejor dicho, quedé encantado.
Nápoles, una gran empresa
El retorno a tierras antioqueñas lo hicimos en un trayecto largo, pero amañador por la doble calzada entre Tunja y la entrada a Bogotá, a la cual le sacamos el cuerpo por los muy interesantes municipios y vivideros de Chía y Cota, para por muy buenas vías empalmar en La Siberia hacia El Rosal, el finquero La Vega y llegar a almorzar a Villeta y después seguir bajando al Rio Magdalena por Guaduas y las partidas de Honda hacia La Dorada y a 140 km. a la hora recorrer la rápida doble calzada a ese municipio caldense y a Puerto Triunfo, ya en Antioquia, para llegar al sabroso hotel El Lago a todo el frente de la entrada al parque temático Hacienda Nápoles, la gran empresa de diversión, atracción, turismo, variedades, arte, hotelería, sostenibilidad y respeto por los animales que dirige el empresario y expolítico Óscar Jairo Orozco alrededor de todo lo que se mueve para Puerto Triunfo, Doradal y el Magdalena Medio antioqueño. Con este parque quedó en el olvido el tenebroso pasado mafioso.
Al otro día paseando llegamos a Medellín y comprobando que Invías taponó algunos de los huecos en la agotada calzada de la Medellín – Bogotá en territorio antioqueño, pero falta más sostenimiento vial.
Fue una semana durante la cual recorrimos más de mil quinientos kilómetros y pagamos 240.000 pesitos en peajes.
Aunque nunca estuve aislado del acontecer político, estuve pendiente de la cirugía del político y amigo senador Nicolás Albeiro Echeverry y el asunto va bien; de la garrotera nacional por la constituyente de Petro; por la continuidad de la ridícula y con mastitis económica Vaca del terco Rendón y su designación de Alfredo Ramos a hacer nada; de la suerte de la EPS Sura, entidad que no le interesa mucho este programa, porque está fortaleciendo las pólizas, los planes complementarios y los seguros de enfermedades como el cáncer y otras.
Y el acontecimiento en los medios paisas es el desastre informativo de Teleantioquia en el gobierno de don Firme y la renuncia que le pidieron al colega, muy ramista, Juan Fernando Ortiz, o nuestro amigo Banano y para ello lean lo que me escribieron por whatsaap:
“Lo que sé es que Banano no logró consolidar un buen clima de trabajo en el equipo del noticiero, para muchos era un tirano, y había salido de gente considerada buenos periodistas.
“El revolcón en Consejo de Redacción no gustó en la audiencia y en redes le daban duro.
“Lo que le dijo al equipo fue que era una orden del piso 12 sin discusión,
“Entonces al parecer le sumaron el maltrato al personal y la caída de Consejo de Redacción o seguramente hay más cosas, como que también del orden político”. Trabaja hasta este jueves.
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