
19 Nov Las calenturas internas del Centro Democrático
La fractura, ruptura, discusión, agarrón, pelea entre lo político y lo jurídico, entre las sanciones y el debido proceso, entre bancada o dirección nacional y entre Daniel Quintero y el uribismo por el tremendo escándalo del Centro Democrático, CD, en el Concejo de Medellín desnudó muchas situaciones dentro de ese partido y originó muchas otras calenturas que están por verse y que pueden incidir en la votación del uribismo en las elecciones nacionales para el Congreso y la presidencia de la República y sin Uribe de candidato. El uribismo arde y está súper hirviente por dentro.
El episodio en el Cabildo de la capital de Antioquia produce interrogantes sobre qué clase de partido es el CD, si es solo el partido de Álvaro Uribe, si es el único que manda, o todos los votos son de él, o todos sus corporados se favorecieron de la imagen del expresidente, o nadie tiene trabajo propio o mejor dicho Uribe es al mismo tiempo el CD, es el mandamás, el caudillo.
Algunos miembros del mismo CD aseguran que el muy temperamental Uribe Vélez anda muy berraco con lo sucedido con el asunto de los concejales del CD en Medellín y la dura derrota por la presidencia del Concejo de esta ciudad y por el revés de no poder armar una coalición mayoritaria de oposición al alcalde Daniel Quintero, a quien Uribe no quiere ver ni en pintura y que junto a los poderosos que siempre han reinado en la ciudad buscan revocarlo.
Es tan agrio y templado lo sucedió en el CD que los concejales Nataly Vélez, María Paulina Aguinaga, Lina García y Albert Corredor o los van a sancionar, o los van a echar o no volverán a ser avalados por ese partido, también que dizque Uribe nos les pasa al teléfono o se los ha tirado lo que incluyó a los papás o mentores de ese brillante cuarteto, porque los cuatro encarnan una muy interesante generación y relevo de jóvenes dirigentes que seguirán teniendo mucha presencia en los años que vienen.
Esto último no lo creen muchos en el CD que gritan a todo pulmón que la Vélez nunca volverá a sacar sus 20.000 votos sin Uribe, lo mismo que los otros tres.
Se han originado tantas consecuencias del inédito repelón del CD en el Concejo, que esta semana provocó un encendido debate entre dos buenos analistas políticos, Armando Estrada Villa y Guillermo Mejía, quienes se sacaron chispas y nunca estuvieron de acuerdo sobre el manejo que el CD le ha dado a la división que afloró en Medellín con sus concejales.
Mientras que Estrada los condenó y los calificó de tránsfugas e indisciplinados y que por eso se ganaron la sanción por no seguir, cuatro de ellos, directrices nacionales muy precisas, Mejía se distancia porque se leyó toditos los estatutos del CD y por ningún lado se lee que las órdenes de Uribe se cumplen porque se cumplen, que nadie ha demostrado que hayan violado la ley de bancadas y que no pueden ser sancionados por exóticas medidas preventivas o pomposamente denominadas cautelares, sin antes acatar el debido proceso que dispone al ordenamiento jurídico del país, el cual debe respetar un partido como el CD si es que verdaderamente es una formación democrática como su nombre lo dice y así están inscritos sus estatutos ante el CNE.
Sobre esta situación el exdiputado y excongresista Mario Álvarez Celis nos escribió diciendo que “Nacho recuerda la Casa de Mármol, el dueño de eso allá era Guerra y cuando nosotros protestamos porque no nos gustaba lo que él hacía chao los vi. Ahora es igual, el Centro Democrático es de Uribe y a quien no le guste chao”.
Pues quizás, pero Álvarez olvida que fueron otros tiempos y ahora hay otras normas que cobijan a los partidos y a sus directivos. No puede ser la ley de la selva, aunque Uribe esté muy enojado con el cuarteto de concejales.
A la memoria se viene el recuerdo de cuando Uribe y sus amigos se fueron del guerrismo a fundar el Sector Democrático en Antioquia en protesta por el bolígrafo del Socio Guerra, pero hoy no es propiamente la democracia la que brilla en el CD haciendo alianzas Chuscalitoanas con concejales que lo han tildado hasta de paraco, sólo por la garrotera que sostiene con el Travieso Daniel y para quedar bien con los ricos de la ciudad que le han costeado muchas de sus campañas políticas.
Otra militante del CD en un alto cargo también escribió diciendo que “lo que pasa Nacho es que a mí me enseñaron a ser agradecida y coherente, en mi caso le debo mucho al Presidente, gracias a Dios, pero también a su aval pude llegar a ser corporada, el estar en el CD era asumir unos postulados que se debían defender, yo no puedo concebir esos comportamientos”.
Pero el tema de los cuatro concejales y las furias del uribismo no se quedaron en esa sola discusión entre sanción versus debido proceso.
El problema trascendió a otras esferas dentro de ese partido y los furiosos contrarios a los cuatro concejales salieron a propagar y a especular a diestra y siniestra que sus socios aspirantes al Congreso pagarían las consecuencias y el partido en represalia no les entregaría el aval para el Senado y la Cámara.
Esta supuesta amenaza adquiere mucha notoriedad, toda vez que precisamente en estos momentos se adelanta el proceso de inscripción de candidatos para los comicios legislativos que serán en menos de cuatro meses.
Esta amenaza uribista es la comidilla entre dirigentes y militantes del uribismo paisa y todo parece indicar que del dicho al hecho hay mucho trecho y un partido, inclusive el encopetado CD, no se puede dar el lujo de cortar cabezas a tres semanas del cierre del registro de aspirantes al Congreso y menos con trabajo y votos, pues no tiene la capacidad para sustituirlos y harían el oso electoral más de lo que ya lo están haciendo con el escándalo del Cabildo.
Así las cosas, hay ya once del tope de los 17 posibles candidatos que serán los que aportarán votos a la lista a la Cámara, mientras que el resto serán los acostumbrados rellenos.
Serán Juan Espinal, Hernán Cadavid, Horacio Gallón, John Jairo Berrío, Julieth Sánchez (Bello), Rosa Acevedo, John Bermúdez (en solitario), Óscar D. Pérez, Edgar Villegas, Margarita Restrepo, Laura Naranjo (jóvenes) y Lorena Murcia (por confirmar).
Ahora, la otra pelotera en las entrañas del CD paisa es quién encabezará esa plancha entre Óscar Darío Pérez y su gasparín que lo asusta hasta en la sopa Hernán Cadavid.
Ya hubo una primera votación entre los integrantes de la directiva departamental del CD y el abogado Cadavid goleó al curtido Pérez, quien minimizó esa votación a una simple consultica previa, pues insiste que tiene que haber otros factores para dirimir ese renglón y vuelve y recalca el de sus 86.000 votos del 2018, pero siempre olvida que fue precisamente porque la gente por pereza votó por el primer renglón y no porque él haya sido un gran elector, que no lo ha sido, pero si un gran congresista.
Se especula que Óscar Darío Pérez si no lidera esa lista a la Cámara, optaría por marginarse, como comentan por debajo se habría alejado de ese partido y de Uribe el exgobernador Luis Alfredo Ramos.
Sin embargo, este viernes Pérez estuvo muy prudente y democrático, pero con un tonito repisado, al referirse a este asunto en el espacio digital Entertulia, en el que dijo que no se había definido si la lista sería abierta o cerrada.
No dijo la verdad, pues ya se acogió que la lista será abierta, porque no la cierra ni el p… y menos Uribe.
Se está enredando tanto el CD con esto de las listas, que en Cundinamarca dizque le van a dar el primer renglón de la plancha a la Cámara a la esposa de uribito y por eso hay un cisma con los actuales congresistas a repetir curul.
Entre tanto, los cinco candidatos antioqueños al Senado serán Esteban Quintero, cuyo papá Rubén Darío, lanzará a finales de este mes libro sobre su vida en la política, Andrés Guerra, Paola Holguín, Nicolás Pérez y Santiago Valencia.
A algunos uribistas les da físico susto que Uribe intervenga en esos temas de listas, pues dicen que es el que más se equivoca y recuerdan los casos de Santos y el actual con Duque.
Y volviendo al conflictivo asunto del Concejo también invadió y afectó los terrenos de la cordura y la tolerancia, y me metió en los de la seguridad ciudadana, con la persecución y matoneo contra cercanos a los cuatro concejales, como el caso de la edil de la comuna 10 o del Centro, Manuela Noreña, con más de 3.000 votos en esa zona y socia de la concejal Nataly Vélez. Pero pese al constante hostigamiento contra ella, se estrellaron con una roca, pues ella es de las que dice que la pelea es pelando y no se arruga.
Así las cosas, el lema de combate uribista de “Mano firme Corazón grande” hoy parece más al revés con manos grandes y corazón firme.
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