Súper caliente bimestre en La Asamblea y el Concejo

La última temporada de sesiones regulares de octubre y noviembre de la Asamblea de Antioquia y del Concejo de Medellín en este aún pandémico 2021 pinta, se perfila o se estima muy emocionante y agitada en materia política.

No solo ambas corporaciones deberán elegir sus respectivas mesas directivas, sino también contralores ya para cuatros años que vigilarán los dos años que le restan al gobernador y el alcalde, y para todo esto entrará en juego las coaliciones que materializarán esas decisiones políticas.

Por el lado de la Duma seccional el hecho relevante para mencionar es que la instalación de sus sesiones este primero de octubre estará a cargo del gobernador popular Aníbal Gaviria Correa, luego de recobrar su libertad provisional en desarrollo del proceso jurídico que ya está en manos de la Corte Suprema de Justicia y ante la cual la Fiscalía no ha podido concretar una acusación valida que permita a la justicia tomar una decisión pronta y oportuna.

Gaviria Correa pondrá en marcha un bimestre en que se mantendría la coalición de gobierno de 21 diputados y que surgió hace un año durante la difícil discusión del proyecto de reforma a la estructura empresarial de la FLA, que voló en mil pedazos el primer bloque que se formó al comienzo del cuatrienio con los partidos y corporados que ayudaron a elegir a Gaviria y del cual estaban por fuera los ocho diputados uribistas, los cuales después del revolcón del proyecto de la licorera están ahora apoyando al Gobierno Departamental.

Tras esos cambios, la presidencia en el tercer año de labores, 2022, le corresponde al Centro Democrático y estaba destinada para Andrés Guerra, quien ya no la ocupará por su anunciado retiro de la corporación a finales de octubre para enfrentar, por segunda vez, una candidatura al Senado.

Por esa novedad desde hace rato apareció el nombre del diputado José Luis Noreña para sustituir en la presidencia a Guerra, pero debe tener mucho cuidado en sus procederes, pues hay una latente resistencia a su nombre entre los diputados no uribistas por sus posturas contra los políticos y sus peleas personales en La Ceja. Mejor dicho, aún no está confirmada en un 100% su elección, pero tampoco puede ser descartada.

Para la primera presidencia hay un interesante debate entre liberales. Por un lado, si esa dignidad la hereda Hernán Torres, quien entrará por la diputada María Eugenia Lopera, quien se va a aspirar a la Cámara, y por el otro lado Jonathan Roldán, quien la está reclamando por ser diputado activo.

Esta discusión parece bizantina, pues las vicepresidencias en la Duma solo sirven para tener carro y gasolina. Algo es algo. Los demás diputados tienen que costearse el transporte de su propia remuneración que no es tan mala.

La segunda vicepresidencia le toca por ley a la oposición.

Ahora, lo interesante es cuál coalición, la original, la actual segunda o de pronto una inesperada tercera alianza elegirá contralor seccional, cuya convocatoria ya abrió hace días la actual mesa directiva que preside el conservador Jaime Cano.

Lo llamativo es que será una elección de jefe fiscal para cuatro años y algunos diputados comentan en silencio que el famoso piso 12 no se debe dormir en este asunto, para que a Aníbal Gaviria no le vuelva a ocurrir un lío tan tenaz como el que enfrenta con la Fiscalía y que tuvo origen en un contralor enemigo, hoy detenido, tras el 2008 y quien fue el que puso a rodar los contratos de la Troncal de la Paz.

De otro lado, hay que mencionar que otro hecho significativo es la renovación obligada que está presentado la Asamblea Departamental por decisiones jurídicas y también político-electorales.

Por fallos de la justicia ya salieron los diputados Rodrigo Mendoza y Juan Camilo Callejas, y ya devengan como corporados Santiago Martínez y Jorge Correa.

Y por renuncias para aspirar a la Cámara se van este fin de año los liberales Luis Carlos Ochoa y María Eugenia Lopera, quienes serán sustituidos por Andrés Mesa y Hernán Torres.

Y por las toldas del Centro Democrático deja su curul de diputado para aspirar al Senado, Andrés Guerra, quien ingresó por el estatuto de la oposición. Mientras que seguramente será sustituido por el conservador Carlos Ríos tras barajarse un nuevo escrutinio como ya lo han hecho en similares casos en todo el país, otros advierten que esa curul debe quedar vacía porque no existe norma alguna que consagre que debe ser reemplazado.

 

Calenturas por el Concejo

 

Entre tanto, por los lados del Concejo de Medellín la película para este bimestre es de mucha acción y mucho suspenso, sobre todo si habrá coalición de gobierno o de oposición. En otras palabras, se preguntan muchos, si el alcalde Daniel Quintero dejará que haya una coalición en el Cabildo en su contra y que le cause dolorcitos de cabeza en los dos años que le restarán de mandato.

En la práctica hoy el gobierno de la ciudad no tiene coalición mayoritaria de gobierno, debido a las deserciones que se han producido en el bloque original de trece concejales y hoy reducido a nueve. Pero habrá temas o proyecto de acuerdo de ciudad de gran calado que ni siquiera los uribistas los votarán en contra, toda vez que son asuntos que los requieren los medellinenses.

Otro cuento es la coalición interna del concejo para la elección de mesa directiva del 2022 y de contralor.

La original que se construyó hace dos años, de trece concejales, ya se ha reunido dos veces y doce de ellos, pues no ha concurrido Daniel Carvalho, han manifestado que cumplirán los pactos, que comprenden para el tercer año del 2022 la presidencia y la secretaría General para el Partido Conservador, la vicepresidencia primera para los verdes (Daniel Duque) y la segunda vicepresidencia para la oposición.

Para el 2022 la presidencia estaba asignada al experto concejal John Jaime Moncada, quien tuvo que marginarse del Cabildo al ser anulada su elección y lo sustituyó el joven político Lucas Cañas. La misma situación de Moncada la enfrentará en los próximos días el veterano Carlos Alberto Zuluaga, quien también deberá dejar la corporación e ingresará Babinton Flórez.

Por tal motivo la bancada conservadora con Cañas, Juan Ramón Jiménez y Flórez quedará muy renovada y joven, por lo cual ya se escuchan algunas voces desde la coalición original que se requiere de mayor experiencia para conducir al Concejo.

Consultado Lucas Cañas sobre esa apreciación dijo que está trabajando, trabajando, trabajando y también dijo que mucha prudencia, prudencia, prudencia. Y recalcó que, junto a su padre Gerardo Cañas, y después con vuelo propio ya lleva muchos años en el quehacer político, con dos candidaturas al Concejo, miembro de las juventudes ante el Directorio Nacional Conservador, ha trabajado en muchas campañas y ha sido servidor público en la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia. Por tal motivo está muy preparado para ser presidente del Concejo.

Por ahora en las dos reuniones de la coalición de los trece aún no se han tocado los nombres para la mesa del 2022.

Entre tanto, por el Concejo ya no es ningún misterio que algunos uribistas estén intentando conformar una coalición y una directiva de oposición al alcalde. Pero el problema que se palpa es que, aunque los uribistas coincidan en algunos temas de oposición, ven muy difícil que Daniel Duque, Daniel Carvalho y Dora Saldarriaga, caracterizados antiuribistas, se presten para eso y lleven a la presidencia a un concejal del Centro Democrático. Eso dicen, pero en política pasa de todo. Cosas se han visto, como guerrilleros trabajando al lado de Álvaro Uribe.

En cuanto a la elección de contralor, solo a partir de la próxima semana saldrá la convocatoria del concejo para escoger la universidad que adelantará a su vez la convocatoria pública con los inscritos a ese cargo fiscal, que será elegido este año.

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