Soy un hombre del Congreso: Juan D. Gómez

El abogado conservador antioqueño Juan Diego Gómez Jiménez es un político neto y quien a sus 45 años se considera un hombre del Congreso.

En ese sentido espera que este martes 20 de julio el Senado lo elija presidente de esta corporación y de esa manera Antioquia termine con 19 años de ayuno en esa dignidad legislativa.

“En conversaciones con Nacho”, Panoramapolitico.co dialogó extensamente con este senador sobre los grandes temas y debates nacionales que ocuparán la atención de la última legislatura del cuatrienio 2018 – 2022, en medio de la pandemia y la campaña electoral, como la reforma tributaria, la reglamentación de la protesta social, las reclamaciones de los jóvenes, la reactivación económica y la modernización digital del Congreso.

¿Primero que todo senador, cómo anda su salud tras algunos susticos en el último año?

Súper, bien dedicado al ejercicio y a la familia. Cuidándome mucho.

¿El Partido Conservador propondrá este 20 de julio su nombre para la presidencia del Senado, todo quedó listo dentro de su colectividad?

Hace más de un mes la bancada del partido Conservador se reunió y decidió que el nombre para la presidencia del Senado fuera el de Juan Diego Gómez y así fue como logramos la autorización de parte de ellos para ir a los demás partidos a buscar el respaldo y apoyo de las otras bancadas.

 ¿Y cómo le ha ido en ese proceso de buscar el apoyo de los demás partidos con asiento en el Senado?

Los partidos mayoritarios del Congreso de la República han expresado su visto bueno a mi candidatura. Entre ellos están el Partido de la U, Cambio Radical, El Partido Liberal, el Centro Democrático y mi partido el Conservador.

Y he venido conversando con los partidos de la oposición para buscar el acompañamiento de estas bancadas, buscar el máximo apoyo en el entendido que siendo un hombre del Congreso, que conoce la importancia de la institucionalidad democrática, les daré las garantías y el respeto para que defiendan sus argumentos, sus ideas y saquen adelante sus agendas legislativas.

¿Hace 19 años no se elige a un senador antioqueño en la presidencia del Senado, usted terminará con ese largo ayuno?

Eso espero este 20 de julio y es verdad que desde hace 19 años no hay un senador antioqueño en esta dignidad.

El último fue en el 2002 el doctor Luis Alfredo Ramos y de esa forma quiero seguir los pasos que también dieron en el pasado Mario Uribe Escobar, Fabio Valencia Cossio y más atrás Álvaro Villegas Moreno y Bernardo Guerra Serna en los últimos 43 años. 

¿Cómo sería su presidencia en estas épocas pandémicas y qué planes tiene entre la presencialidad y la virtualidad?

Vamos a arrancar este 20 de julio con sesiones presenciales, precisamente porque debemos dar ejemplo, si la Rama Ejecutiva ya ha iniciado la normalidad, la presencialidad del Congreso debería serlo como una muestra de ejemplo.

Para ello requerimos de mucho apoyo de parte de los senadores y por parte de las autoridades. Pero mucha comprensión de los senadores porque seremos muy exigentes en los protocolos de seguridad y en los aforos que tendrán los salones de la Constitución y el principal de sesiones del Senado, para garantizar que no se excedan los aforos y así poder cuidar y proteger la vida de los senadores y de los funcionarios que nos acompañan allí.

¿Cuál podría ser el sello, la marca o el estilo de su presidencia?

Esta última legislatura anual del cuatrienio 2018 – 2022, este último año de sesiones tiene que ser el año de los jóvenes, en el que vamos a trabajar de la mano de los muchachos con una agenda constructiva que nos ayude a visionar el país de los próximos 20 años, es una gran responsabilidad la expresión social que hoy hay con los jóvenes en las calles y queremos trabajar de la mano de ellos.

También tiene que ser el año de la agenda ambiental, de la protección de la amazonia, de la adaptación al cambio climático, el del cuidado de los recursos naturales, del cuidado del planeta y de los animales.

Y en tercer lugar tiene que ser el año del diálogo social. A través de la legitimidad y del respeto vamos a construir una agenda para los próximos años en el país.

¿Algún proyecto o desafío  especial para acometer en ese último año de la actual legislatura?

Como uno de los principales retos tenemos la modificación de la Ley Quinta o Reglamento del Congreso para poder llegar a la virtualidad, no como efecto de la pandemia, sino como efecto de la modernización, para estar a la altura de Congresos en el mundo como los de Estados Unidos, Argentina, España y así avanzar en las tareas de la virtualidad y de esa forma mejorar la productividad, garantizar todos los mecanismos de blindaje y la protección de identidad a través de mecanismos de blockchain y a través de una plataforma propia generar foros de discusión directos con los ciudadanos en los debates de control político y en la defensa y presentación de los proyectos de ley y de sus ponencias, en los que los ciudadanos puedan participar en forma directa como se hace por medio de las redes sociales en muchos escenarios.

Por eso el sello que queremos imponer en el Congreso, es dejar la corporación más moderna de los últimos años, preferiblemente digitalizado en su totalidad y un Congreso que se conecte y cercano a los ciudadanos, porque la legitimidad ciudadana no la tienen la Primera Línea o los voceros del paro, la legitimidad colombiana la tienen 17 millones 400.000 votos aproximadamente que eligieron a este Congreso de la República, casi los mismos votos que eligieron presidente a Iván Duque y que dejaron como segundo a Gustavo Petro.

Esa legitimidad la tenemos, esa cercanía con los ciudadanos la tenemos que imprimir desde el Congreso a través de la interrelación y el diálogo con los jóvenes por medio del dialogo social y de la agenda ambiental que debemos implementar para el trabajo con la gente.

¿Ahora, Antioquia qué puede esperar de su presidencia?

Antioquia puede esperar de Juan Diego garantías y que vamos a dejar en alto el nombre de los antioqueños y vamos a buscar las mejores oportunidades y los mejores espacios, no solo para el departamento y sus municipios, sino también para revalidar y refrescar el liderazgo de Antioquia.

Creemos que el Gobierno Nacional ha hecho mucho por Antioquia, pero esperamos que este año desde la presidencia hagamos que el Senado este cerca a los ciudadanos antioqueños y también que se vea y se sienta la inversión social y la transformación en nuestro territorio.

¿Y tendrá el apoyo de todos los senadores antioqueños?

He hablado con todos ellos y he recibido el respaldo y el acompañamiento de cada uno en las distintas bancadas.

Ellos nos van a acompañar y de la misma manera aspiramos estar acompañando, siendo recíprocos con ese respaldo, a las distintas tendencias políticas, a los distintos intereses regionales y a todas las diferencias de pensamiento con respeto y equidad, para poder entregar garantías a cada uno de estos sectores.

Que Antioquia y sus senadores se sientan tranquilos de que Juan Diego no va a utilizar este espacio para beneficiarse ni para consolidar nada distinto a la institución democrática en el departamento y podamos avanzar y concentrarnos en tareas grandes que tenemos de la mano del Gobierno Nacional, del Gobierno Departamental y seguramente del Gobierno de la ciudad de Medellín.

 ¿Y después del Senado y de y de su presidencia, qué sigue en el campo político para usted?

Lo primereo es aspirar a terminar este año de gobierno y en el Congreso de la República con lujo de detalles, poder hacer una labor bonita para Antioquia y para el país, lo que es una gran responsabilidad y un gran honor iniciar este 20 de julio desde la presidencia del Senado y con la tranquilidad de hacer las cosas con la misma disciplina y empeño de siempre.

Por ahora cumplir este reto, afrontar bien las elecciones de Senado y de Cámara, y dejar en punto suspensivo las siguientes aspiraciones, se ha hablado mucho de la posible aspiración a la Gobernación de Antioquia o a otros espacios, pero cada día hay que resolver las prioridades y la de hoy es hacer una muy buena presidencia del Senado, consolidar el trabajo que venimos haciendo en Antioquia y en el resto del país con Nicolás Albeiro Echeverri y de nuestro movimiento Conservadores de Vida, seguir abrazando las causas que son los jóvenes, la agenda ambiental, la defensa de la vida, de la familia e incluir en esas causas lo que creemos que es lo principal como es refrescar el liderazgo, demostrar que hay otras opciones y avanzar en cumplir a cabalidad el mandato que nos han entregado los ciudadanos y que si Dios lo permite este 20 de julio nos entregarán los senadores para representarlos en la cabeza de la Rama Legislativa.

 ¿Hombre su tío el excongresista Pedro Jiménez debe estar muy orgulloso de ver al pupilo llegar tan lejos?

Pedro Jiménez ha sido, es y será el jefe político de Conservadores de Vida y es un hombre que al revés nos llena de orgullo pertenecer a esa escuela limpia, transparente de hacer las cosas bien, de cumplir la ley, de respetar a los ciudadanos y las reglas de la política y de la democracia.

Pedro Jiménez es un gran maestro, es un gran orientador que nos ha dejado el legado de hacer las cosas bien y la alegría y el orgullo nuestro de pertenecer a su equipo.

Ahora, se vienen en la agenda legislativa proyectos de gran debate nacional como nuevamente la reforma tributaria. ¿Cuál es su postura sobre este asunto?

El nuevo proyecto de reforma tributaria es el que necesita el país, para que paguen los que más tienen, no tocar la base del IVA, no tocar a las personas naturales, comprometerse con el 40% el gobierno en la lucha entre la evasión y la elusión y el ahorro del gasto público en unos 4 billones.

Creo que es la mejor alternativa porque no toca a la clase media ni a la clase trabajadora.

Otro asunto que viene para el Congreso es la reglamentación de la protesta social. ¿Cuál es su apreciación?

Lo que se busca es reglamentar la protesta social a través de una ley estatutaria como lo ordena la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y lo ha ordenado también la Corte Constitucional.

Lo que pasa que ese vacío entre la Constitución, la ley ordinaria y los decretos presidenciales hace que cada vez que se haga el examen de legalidad y constitucionalidad se caigan los proyectos.

Ese vacío solo le conviene a quienes se infiltran en las marchas para generar violencia y actos vandálicos y con eso hacen que los ciudadanos terminen hastiados de que ese abuso al derecho a la protesta perjudique, desabastezca, haga perder empleos, genere bloqueos y pobreza en el territorio nacional.

Nuestro proyecto de ley estatutaria no busca restringir el derecho, sino proteger a quienes se manifiestan evitando que se criminalice y se estigmatice la protesta social o la manifestación pacífica que es el nombre expreso que trae en la Constitución Política, artículo 37, y adicionalmente buscar la manera de proteger a quienes no se manifiestan, que es la herramienta que exigen los ciudadanos que no quieren manifestarse, pero que tienen que ir a trabajar, que usan el transporte público, que utilizan los palacios de justicia, que requieren que la policía los cuide a través de los CAI que han ido destruyendo en las últimas expresiones sociales que hemos visto en Cali, Medellín y Bogotá, y muchos de estos aspectos hacen parte de la  ley.

De manera que cualquier prevención que haya y cualquier mal ambiente que quieran hacer alrededor de esto, es porque precisamente a quienes les convine ese vacío entre la Constitución y la ley, es decir que no exista la ley estatutaria, es a los que se infiltran para dañar la infraestructura pública, saquear y empobrecer a este país.

Comparte
No Comments

Post A Comment