
02 May “Yo no me cambio, muero liberal”
El gordito William González no era concejal, ni diputado y tampoco congresista, pero igual de político a ellos, sin pretensiones intelectuales, pero con fuertes convicciones.
Esa afirmación puede ser una de las más exactas aproximaciones a una persona que como González toda la vida vivió pendiente de la actividad partidista de Frontino, su tierra natal, del Occidente antioqueño, de Medellín y en general de Antioquia.
El gordo William fue ante todo un amigo de los políticos, pero no cualquier amigo, pues no era lambón ni arrodillado, sino un hombre con mucho criterio, y más concretamente un liberal con talante y fuertes convicciones de partido, que sin ser un duro sectario, pues tenía amistades en todos los grupos, no se cambiaba por nada de su colectividad, dentro de la cual seguía a unos dirigentes, pero a otros rotundamente no.
Un ejemplo de esas seguras posturas liberales se presentó recientemente cuando se enteró de los acercamientos al Partido Verde del político liberal Eugenio Prieto Soto, a quien admiraba y por quien trabajó en sus campañas electorales, cuando ha sido apoyado por el monchismo o por su eterno amigo, paisano y mentor el excongresista y profesor Ramón Elejalde Arbeláez.
Al respecto, era muy enfático en decir “Nacho, yo ya estoy muy viejo para votar por otro partido y moriré votando por el Partido Liberal y creo que también Ramón”. Y cumplió. Murió siempre liberal.
Con González tuvimos muchas cercanías por habitar la misma urbanización, el mismo bloque, con él aprendí a manejar carro, con él tomamos muy poco licor, pues no era bebedor, sostuvimos miles de conversaciones y debates políticos, asistimos a decenas de reuniones liberales y políticas. Sabía entender los complejos hechos de esta actividad. Rechazaba a los políticos que no le generaban confianza.
Además, González era un incansable trabajador político para conseguir votos, realizar giras, aportar ideas, organizar eventos, visitar barrios y militantes.
Por su origen en Frontino murió siendo un amigo y eterno seguidor de las ideas de su orientador Ramón Elejalde, el más afectado por su deceso, y de sus hijos. Fue siempre cercano a la familia Gaviria Correa, sobre todo a don Guillermo Gaviria Echeverri, a quien, con la complicidad de doña Adela, visitaba en vida frecuentemente para tertuliar y solicitarle una contribución o consejo para algunas causas, y era muy seguidor de los proyectos políticos del actual gobernador Aníbal Gaviria.
En los últimos años William luchó contra sus problemas de salud, producto de su obesidad y su adicción al mecato, lo que lo fue minando.
Eternamente a un buen amigo, vecino y buen liberal.
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