06 Mar Hernando Betancur, el último gran liberal rionegrero
Con la muerte del político y jurista Hernando Betancur Ramírez se pone fin a una valiosa generación o estipe de dirigentes públicos que fueron grandes protagonistas de los mejores momentos del Partido Liberal en Rionegro y para Antioquia.
El liberalismo de Rionegro siempre fue un fuerte bastión territorial y aportaba un importante caudal en votos a las causas electorales del oficialismo de esta colectividad, representado por el Directorio Liberal de Antioquia, hasta que la aparición del uribismo comenzando la década de los años 90 del siglo pasado y luego con las presidencias de Álvaro Uribe fue minando la trascendencia histórica del liberalismo rionegrero.
En las mayoritarias épocas liberales de las décadas de los años 70 y 80 surgió en Rionegro el ímpetu de un joven abogado que se abrió paso con estudio y seguras convicciones liberales en la vida pública de la principal urbe municipal del Oriente antioqueño. Era Hernando Betancur Ramírez.
En una muy familiar semblanza de su hija, la médica Ana Cristina Betancur Gómez, rememoró los primeros años infantiles y juveniles de su padre. Recordó como en Rionegro cursó sus estudios primarios y secundarios, hasta graduarse de bachiller liceísta, lo que siempre mencionó con orgullo en toda su existencia hasta fallecer esta semana casi a los 70 años de edad.
En el liceo público tuvo los iniciales contactos con el ejercicio político, que comenzó a desarrollar y madurar paralelo a sus estudios de Derecho en la Universidad Autónoma Latinoamericana, de estirpe liberal, y en la cual se tituló de abogado, que, junto con la política, la vida familiar y su fe religiosa fueron sus pasiones y proyectos de vida.
Hernando Betancur fue en su más exacta definición un político y un jurista al mismo tiempo.
Como el liberalismo Rionegro le ponía muchos votos a este partido, esta histórica municipalidad siempre tenía asegurado su cupo en las listas oficiales a la Asamblea de Antioquia y al Congreso de la República, camino que tránsito Betancur Ramírez luego de ser principalísima figura pública en su municipio.
En el panegírico de su hija se reseña que en la política su padre encontró la forma de servir de manera decidida a las personas menos favorecidas por la inequidad que siempre criticó. Se vinculó al Partido Liberal desde sus inicios, pues era su convicción, los ideales heredados y construidos desde lo más profundo de su consciencia, uno de sus grandes amores. Desde estas banderas fue personero de Rionegro y concejal en varios periodos lo que le dio la oportunidad de ser elegido luego diputado, que fue su plataforma para llegar al Congreso de Colombia, primero como representante a la Cámara y después senador. Tras su paso como legislador también fue diplomático en calidad de embajador plenipotenciario ente la ONU.
Su último cargo de importancia pública lo ocupó entre 1998 y 2.000 ya en el nuevo siglo XXI, cuando a finales de 1997 la Asamblea de Antioquia lo eligió como contralor departamental.
Como redactor político del periódico El Mundo recuerdo que publiqué un informe sobre su gestión como fiscalizador en el que recalque que durante su desempeño hace dos décadas como contralor regional Hernando Betancur emprendió un ataque frontal contra la corrupción con una campaña que denominó “Antioquia Siglo XXI, cero corrupción”, y que inició dentro de la misma entidad contra los títulos falsos de algunos funcionarios y además contra una “contraloría paralela” que funcionaba en alrededores de La Alpujarra, maquillando informes de auditoría de los municipios”.
El otro capítulo de la productiva existencia de este gran rionegrero fue su trayectoria como jurista.
Su hija rememoró que su carrera en Derecho en la Autónoma la alternó de manera categórica con su trabajo como docente en varios colegios para ayudarse con sus pagos y ayudar a sus hermanos, desde allí la academia se convirtió en una de sus grandes pasiones.
Se especializó en Derecho Penal, por el cual vibró toda su vida, seguro de la libertad y la justicia como los principios más importantes de su carrera, transpiró derecho por cada poro hasta el último de sus días y dejó un legado en las aulas, en la comunidad y en la rama judicial. Se entregó al derecho laboral y a los controles constitucionales, seguro de la potestad de los derechos individuales y colectivos, de aquella herencia que sus grandes referentes dejaron como semblanza en su alma. Luego volvió a su vida penal, como fiscal del tribunal de Antioquia, a luchar nuevamente por sus convicciones, colmado de alegrías por terminar su carrera desempeñando la pasión de toda su vida.
Será sepultado este domingo 7 de marzo tras una ceremonia religiosa católica en la Catedral de Rionegro, lo que permite también recalcar las fuertes creencias religiosas, muy llamativas en un dirigente liberal de su talla.
Pero por ejemplo amigos personales suyos, como el también jurista liberal Guillermo Mejía Mejía, resalta la religiosidad de Hernando Betancur, que hasta comentó que muchas veces “uno parecía hablando con un obispo”.
En general tuvo muchos amigos y detractores en su vida pública, pero cada uno de ellos puede dar fe de su respeto, honra y altura en cada debate y disertación. Estuvo dotado de una riquísima oratoria y léxico. Eran deliciosas las tertulias con sus hermanos.
Fue un hombre intachable como el que más, impecable en su obrar e implacable en sus decisiones. Nunca temió para decir la verdad ni dio el brazo a torcer ante la injusticia, la insensatez y la corrupción. Líder ejemplar y caballero a carta cabal. Fue un hombre sensato, amoroso y sincero. El mejor de los padres, esposo, tío, sobrino, primo y amigo. Deja una huella imborrable, un camino iluminado y un legado inmortal, dijo con enorme gratitud su hija.
Sus primeras nupcias las contrajo con la exnotaria del municipio de El Santuario María Olith Gómez Jaramillo, ya fallecida, y con quien fue padre de Ana Cristina, hoy médica.
Su segundo matrimonio fue con la actual contralora de Antioquia, Elsa Yasmín González Vega, con quien tuvo a los hoy pequeños gemelos Juan Pablo y María Gabriela. Precisamente en el reciente Encuentro Fiscal del Norte de Antioquia, la contralora lo catalogó como su faro en su gestión pública.
Y esas paradojas de la vida. Cuando Hernando Betancur era contralor falleció su primera esposa, y hoy cuando su segunda cónyuge es contralora fallece Betancur
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