Más popular que el Señor Caído.

De una se puede afirmar que el alcalde de Girardota, Diego Agudelo, es todo un personaje y la revelación de la administración pública y de la política parroquial en Antioquia y hasta con ribetes o alcances nacionales.

Algunos lo podrán tildar de rebelde, sus opositores de loquito, pero muchos otros de todo un personaje como alcalde, que tiene celoso hasta al Señor Caído, porque hoy Girardota suena más por el estilo de gobierno de Agudelo, que por el tradicional santuario o referente religioso.

Hace rato no se mencionaba tanto a esta municipalidad del Aburrá Norte como ahora por las decisiones y acciones metropolitanas de su alcalde, que se ha enfrentado a las mediciones ambientales del Siata, a las restricciones a la movilidad humana con motivo de los problemas de contaminación o por la pandemia.

Pero la campaña que más ha llamado la atención y está tomando enorme fuerza, es por el retiro del mal llamado Peajito Social y del Peaje de El Trapiche, que han incrementado los costos económicos de los habitantes del Aburrá Norte, que protestan constantemente por la existencia de esos peajes, claro que ha entendido Agudelo, quien lidera esa convocatoria por el NO y por la justicia, toda vez que esos peajes, según ellos, ya cumplieron su vida útil, durante 20 años, para pagar a Hatovial la construcción de la doble calzada Bello – Hatillo y debido a que hay alarma porque esa concesión la extenderían 30 años más.

Agudelo ya ha logrado reunir a concejales y a sus homólogos del Norte del Aburrá, a diputados, a congresistas y se anuncia la presencia de la Comisión Sexta del Senado, promovida por el legislador Carlos Andrés Trujillo, que incluye la citación a la Ministra de Obras Públicas, dependencia que es la encargada de tomar la decisión sobre el retiro de los dos peajes.

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