Andrés Mesa de la Comuna 13 a la Asamblea de Antioquia

Erguido ante el atril principal del salón de plenarias de la Asamblea de Antioquia, donde este miércoles asumió su curul de diputado, el joven abogado liberal Andrés Fernando Mesa Valencia recordó cómo pudo contar el cuento de sobrevivir al conflicto de la Comuna 13 de Medellín, terminar sus estudios de secundaria, celebrar que pudo entrar a la U de A, hacerse abogado y tras una visita al Directorio Liberal de Antioquia comenzar una militancia en ese partido bajo la batuta y guía de Bernardo Guerra Serna y ahora jurar como nuevo miembro de esa corporación.

Rememoró en su discurso cómo vivió y se formó en la parte alta del barrio San Javier, en el occidente de la ciudad, en un ambiente hostil y precario por la salvaje batalla entre milicianos y paracos.

En su colegio popular fue personero estudiantil, creó un grupo ecológico y además enseñó a algunos amigos lo que aprendió en sus visitas el Planetario. “Seguramente de esas visitas me quedó el amor por la Astronomía, pero más que eso, me puso a soñar con universos más serenos, infinitos y profundos”, reflexionó.

No olvidó los años en que mientras muchos querían estar pendientes de sus materias, por las ventanas entraban los ruidos de las balas que dejaban estragos por todos lados.

La Operación Orión y la Mariscal, precisó, se llevaron algunos de sus compañeros del colegio y las metrallas dejaron una estela de destrozos, no solo como cicatrices en la piel de la ciudad, sino también en el alma del barrio y de la comuna.

Por eso uno de los momentos más felices de su vida fue cuando supo que había pasado a estudiar Derecho en la U. de A. “De no haber sido así, creo que no hubiera podido estudiar y quizás, no estaría aquí en esta mañana ante los diputados y ante Antioquia”.

Fue agradecido al reconocer que tuvo más suerte que muchos de sus amigos de la Comuna 13 al ingresar a la U. de A. Allí al calor de las clases con Bernardita Pérez, Tulio Elí Chinchilla y en especial con su profesor Fernando Mesa, que les hablaba de Penal y luego les leía poemas de Neruda y Borges.

Así su universo se amplió en el día a día de las lecturas y los encuentros, pero también por las dificultades cotidianas, como sacar las fotocopias de clase, pagar los pasajes e incluso comprar un libro, pues era casi tan utópico como la justicia plena.

La U. de A. le forjó su liderazgo y participó de las asambleas, en las marchas pacíficas, en contra de las reformas estudiantiles, de los TLCs, y con el paso del tiempo se graduó con una tesis sobre el principio de la buena fe, la cual fue laureada.

Y fueron los caminos de la Universidad los que lo fueron guiando a la vida política, en cuya actividad se había formado con la idea de que el Frente Nacional le había hecho daño a la democracia.

Era la mirada que tenía desde la izquierda y por eso en el 2006 acompañó a su profesor Carlos Gaviria a la Presidencia, porque se identificaba con las causas progresistas de ese exmagistrado, tanguero y poeta.

Pero su vida dio un interesante vuelco meses después, cuando comenzó a frecuentar el Directorio Liberal de Antioquia, por invitación de compañeros de la universidad, como Cristian Cano, Luis y Mauricio Urquijo.

Al principio asistió con la carnada que le pusieron sus amigos de que allí iban mujeres muy bonitas y daban aguardiente.

Sin embargo, le bastó escuchar a algunos dirigentes para identificarse con sus postulados y luchas.

Capítulo aparte en su historia y en su vida merece su encuentro con Bernardo Guerra Serna. Relató que de oídas sabía de su inmenso poder clientelar en Antioquia, pero le bastó escucharlo o mirar sus ojos, cuando le hablaba, para entender que a esa historia escuchada le faltaba una pieza.

El Guerra Serna que conoció, dijo,  era un hombre amable, dispuesto a oír, a ayudar, a abrir puertas, conoció su origen en un pueblo olvidado de Dios y del Estado; de la persecución a su familia por ser liberales, y de su hechura a punta de buenos tragos en la feria de ganado y de sus eternas cabalgatas a diferentes pueblos de Antioquia, hasta convertirse en el dirigente liberal más importante del siglo XX del departamento.

Por eso Mesa Valencia durante su posesión le rindió homenaje a Guerra Serna y anunció que ingresa a la Duma paisa dispuesto a retomar muchas de sus banderas a favor de causas sociales, en especial en esas zonas remotas del Occidente, del Urabá, del Bajo Cauca, del suroriente, que solo saben que son antioqueños porque los ponen a cantar el himno en las fiestas patrias, pero el Estado llega poco con oportunidades para mejorar sus vidas.

En tal sentido dijo que su compromiso es con esas mismas comunidades que fue conociendo cuando comenzó a buscar amigos para conformar las Juventudes liberales de Antioquia. Y luego para la escuela de liderazgo que fundó y de la cual ya hay varios concejales y alcaldes de pasaron por ese grupo de formación política.

“Quizá hasta en eso he admirado al Socio Guerra, y siguiendo su carácter rebelde y el ejemplo de Uribe Uribe, de Gaitán, de Galán, de López Michelsen, en el 2011 fui disidente del partido y fundamos la Juventud Liberal Socialdemócrata, que aún existe. En el partido siempre ha existido las disidencias, porque el Liberalismo es precisamente eso: libertad de pensamiento que ayuda a generar debate, para incidir en nuevas trasformaciones sociales de la Democracia. En eso creo y a eso quiero que le apostemos”.

Ante sus nuevos compañeros en la diputación abogó para que la Asamblea sea de nuevo un escenario de debate sobre temas que trasciendan la comarca.

Y sacó sus posturas liberales y propuso apostarle a la despenalización del aborto, la eutanasia, los derechos de las parejas homosexuales a casarse y tener derechos hereditarios; desde el recinto se puede construir formación política para que las mujeres, en especial las campesinas, tengan más espacios, como las listas cremallera en los partidos.

“Esta Asamblea tiene que ser espacio para la deliberación y la construcción de una opinión pública que contribuya a recuperar en Antioquia el liderazgo político, que por ahora está menguado”. 

Propuso rendir homenaje a otro gran dirigente y diputado liberal, el médico Héctor Abad Gómez, intelectual y defensor de los Derechos Humanos, por sus luchas por agua limpia en la ciudad, algo tan básico pero tan sublime para ir construyendo equidad.

“Creo que debemos aprender del maestro Abad, pues si bien, el agua cuenta con unos niveles de potabilización importantes, la necesidad de mejorar la mala calidad del aire que respiramos es un reto fundamental”.

Dijo que como todo dirigente debe ser optimista, pero consideró que el futuro de Antioquia está marcado por la incertidumbre que genera Hidroituango.

Respecto a esta megaobra cree que los aseguradores deben pagar lo que está asegurado, pero también, que los contratistas deben responder por sus desaciertos y no los ciudadanos.

“Sin embargo, más allá de esos líos que los resolverán los abogados, lo importante es que inicie, para que irrigue beneficios para las regiones y también garantice la seguridad energética de Colombia.

A pesar de su optimismo por Antioquia, planteó que el Departamento debe revisar la Agenda 2040, la cual actualmente está en construcción, para evaluar su coherencia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pues si la región quiere recuperar el liderazgo nacional debe construir programas, no de gobierno, sino de Antioqueños, “que nos incluya a todos desde nuestra multiculturalidad y diversidad de pensamientos”.

Celebró que el gobernador Aníbal Gaviria pueda llevar a cabo su defensa en libertad, para que, entre todos, su equipo de gobierno y su junta directiva que es la Asamblea, se pueda sacar adelante su programa de gobierno a favor de la Vida y la equidad, tan necesarios en Antioquia.

Sobre Colombia dijo que tiene un presidente desconectado de las regiones y que a Antioquia no la tuvo en cuenta ni para un ministerio, pese a que a esta región le debe su Presidencia. Además, que no está dejando ninguna obra importante al país. Aceptó que la pandemia afectó el rumbo del mandato presidencial, pero en agosto cesará la horrible noche del país y espera que otros aires lleguen para la nación y se retome el Acuerdo de Paz de La Habana y se construyan escenarios de diálogo con otros grupos armados. “Ojalá llegue un nuevo gobierno que escuche, en especial a los jóvenes que hace tiempo vienen diciendo que el futuro del país les pertenece. Necesitamos un gobierno que no masacre a quienes van a las marchas, sino que toda esa energía y creatividad se catalice y se trasforme a favor de todos los colombianos”.

Mesa Valencia para asumir como diputado renunció previamente a su cargo de asesor jurídico de la Secretaría de Salud de Medellín y en el acto de su posesión fue acompañado por el alcalde encargado Juan Pablo Ramírez y por la titular local de salud Jennifer Uribe.

Ingresa a la Asamblea en sustitución del diputado Luis Carlos Ochoa, quien renunció para aspirar a la Cámara, y a quien apoyará en su desafío electoral.

 

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