Si entre los médicos se maltratan, entonces cómo serán con los pacientes

La muerte por suicidio de la residente de medicina de la Universidad Javeriana, Catalina Gutiérrez, de 27 años, dejó al descubierto una delicada situación de maltratos entre los mismos profesionales de la medicina.

Por tal motivo el oncólogo Jorge Morales Gil abrió el debate en torno al abuso, al menoscabo, a la sutil violencia a que se ven sometidos los médicos en Colombia, porque hoy ya no es una vocación de servicio, sino un negocio en el cual ya no hay pacientes, sino clientes.

Al reconocido galeno le preguntamos qué lecciones deja el mortal episodio de la joven doctora y qué es lo que está sucediendo para que ocurran estos hechos de maltrato en una profesión tan vital en la sociedad.

Estas fueron sus reflexiones:

“Esta situación que se conoció viene ocurriendo desde hace muchos años y el resumen es que el que es maltratado se cree con derecho a maltratar posteriormente.

Entonces es un contexto mayor porque desde que se masificaron las facultades de medicina no se tienen en cuenta la salud mental, la estabilidad emocional, las conductas de educación, los campos de práctica, los insumos necesarios, entonces se va desnaturalizando la parte médica que es una vocación, que es un servicio, porque hay que tener vocación de servicio y querer ayudar a las personas.

Pero lamentablemente con 1.000 médicos que salen en Antioquia, sin contar los que se gradúan en Colombia, realmente no hay vocación, hay simplemente la instrumentalización de un cambio de estrato social, una visión económica en la gran mayoría porque sería injusto meterlos a todos en el mismo canasto.

Sin embargo, la medicina se ve hoy como una proyección económica más que una proyección de servicio.

En otras épocas era un orgullo ser médico, pero hoy en día ser médico es alguien más en la sociedad, como un taxista, un cantante, un futbolista, ya no tiene relevancia.

El maltrato es permanente y sobre todo que al perderse la naturaleza y la vocación del servicio nos importa muy poquito el dolor ajeno.

Todos aquellos que han tenido que vivir una enfermedad crítica o la de un familiar cercano ven la indolencia, la falta de respeto y la falta de compromiso de los galenos.

Hoy ya no hay pacientes, sino clientes, ya no hay doñas Margaritas sino números de fichajes, ya no hay don Rafaeles, sino hígados y próstatas.

Y el mismo negocio de la medicina obliga a los médicos a que sean cómplices de homicidios culposos porque al no formularle al paciente lo que necesita está poniendo en riesgo su vida, su integridad y su futuro con secuelas que son muy graves.

Hay directores de EPS y de IPS que controlan el gasto independiente que el paciente de muera o no se muera o la calidad del paciente sea perversa.

Les exigen a los médicos que pueden pedir tantos exámenes por mes y de ahí no se puede pasar y no les importa que a los pacientes que vienen después no se los puedan formular.

Hay medicamentos que son exclusivos y necesarios para una patología, pero no están autorizados para ser formulados, entonces ellos son conscientes que el paciente va a sufrir cuando retardan las citas, cuando demoran los procedimientos, cuando intencionalmente determinan que las cirugías las van a aplazar, saben y son conscientes del mal que le van a causar a los pacientes, del perjuicio y las secuelas que les van a causar, también por el dolor, el sufrimiento y las incapacidades de la persona enferma.

Entonces, es necesario un alto en el camino que lamentablemente se refleja con la muerte de una residente de cirugía, pero que es algo que viene ocurriendo hace mucho tiempo desde el primer semestre, desde el internado, desde la residencia e inclusive ya como profesionales y especialistas que son maltratados por los que los contratan, los ponen en unas jornadas muy difíciles, no tienen contrato a término indefinido, no tienen vacaciones, tampoco prestaciones, no tienen incapacidades, les pagan salarios miserables con jornadas extensas.

Hay que revisar no solamente que las IPS sean o no rentables, si el sistema de seguridad social está o no compensado económicamente, sino qué tipo de atención estamos dando a los usuarios.

Cuando hablan que la cobertura es del 100% es verdad, pero cobertura del 100% de los carné, a todo el mundo le entregan carnés y a todo el mundo le llega la afiliación, pero cuando uno va a ver realmente cuántas personas tienen acceso real a la salud no creo que lleguemos a un 60% de atención, porque no solamente hay regiones apartadas de nuestro país marginadas de la atención, sino que en Barranquilla, en Cali, en Medellín no hay acceso a la atención en salud en una gran proporción en pacientes de algunas patologías específicas”.

Así las cosas, la gran conclusión del médico Morales es que, si entre los mismos médicos se maltratan, entonces qué esperanzas tienen los pacientes.

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