
13 May “Siempre he sido un uribista pura sangre”
Cuando en 1994 era estudiante de Derecho de la UPB conoció y escuchó en una conferencia a Álvaro Uribe y desde entonces nunca se ha apartado de la línea de pensamiento del expresidente.
Es más, personas muy cercanas al también exsenador, dicen que Javier Rodas es ante todo un “uribista pura sangre” y esa postura la quiere llevar al Concejo de Medellín al cual aspira en la lista del Centro Democrático para trabajar por aliviar el impactante contraste que es la ciudad.
Panoramapolítico.co ha seguido de cerca la trayectoria académica y política de Rodas y con él conversamos de su nuevo desafío electoral:
¿Confirmado que Usted aspirará al Concejo de Medellín en la lista del CD?
A mediados del año pasado dialogué con mi familia sobre esta posibilidad, consulté a mis amigos y líderes sociales que durante más de 20 años articulamos procesos sociales en Medellín y por supuesto le manifesté al senador Andrés Guerra y al Representante Hernán Cadavid sobre lo que en el momento manejaba como una seria intensión de regresar al Concejo de Medellín. Finalmente, consolidé todas las opiniones y respuestas y en marzo de este año tomé la decisión de manifestar mi interés ante mi partido Centro Democrático de aspirar al Concejo de Medellín representando al equipo de la siembra que lidera el senador Andrés Guerra y con el apoyo y respaldo del Representante a la Cámara Hernán Cadavid y del actual diputado a la Asamblea Departamental de Antioquia, José Luis Noreña.
¿En el 2015 aspiró por primera vez a la consulta interna del CD y luego en solitario en la lista, ahora cuáles es su situación dentro del CD?
Para responder a esta pregunta me parece importante proponer el siguiente contexto: Al presidente Uribe lo conocí por allá en 1994 en un evento que se llevó a cabo en la UPB cuando yo era estudiante de derecho de esta querida universidad. A Uribe me lo presentó el ex diputado Guillermo Gómez Ramírez y desde entonces no me he separado un solo momento de la línea de pensamiento uribista. Yo soy políticamente el resultado de una generación que Uribe formó.
Andrés Uriel, recuerdo que me presentaba como un “uribista pura sangre” De hecho salí elegido como edil de la Comuna Doce, esta es la América, en el centro occidente de Medellín, con aval del Partido liberal –Sector Democrático- que fue, digamos, la disidencia que Uribe fundó en Antioquia contra el oficialismo liberal que dirigía don Bernardo Guerra Serna (Q.e.p.d). José Obdulio Gaviria hace muy poco en el barrio Santa Lucía me confirmó la fecha y el lugar de ese acto de fundación del Sector Democrático uribista. Puedo decir con toda autoridad que he estado desde siempre con el presidente Uribe.
En el 2015 participé en la consulta interna que se llevó a cabo por el CD para organizar la lista cerrada al concejo de Medellín que competiría en las elecciones locales de octubre de ese año. Fui el primer independiente del uribismo que quedó en dicha lista después de los apadrinados, pues todos recordarán que los seis concejales que salieron elegidos en aquella oportunidad tenían sus padrinos. Yo sin padrino político, y con batallas jurídicas que asumí como abogado, finalmente en el 2019 logré ser concejal de Medellín por el C.D ante la renuncia de Jaime Mejía a su curul. Según los estatutos del partido, por derecho propio, soy convencionista municipal del Partido y como te lo comentaba, ahora estoy a la espera que se me otorgue el aval como aspirante al concejo de Medellín.
¿Por qué lo político y lo electoral y no el ejecutivo, ya que Usted es una de las personas de su generación más preparado profesionalmente para ocupar cualquier puesto?
Yo desde que tenía 15 años vengo realizando acción social en diferentes roles y estrategias. Cuándo yo estudiaba noveno grado de bachillerato en el Colegio Calasanz de Medellín integré el grupo de pastoral del colegio y el padre escolapio Fernando Torija a quién lo recuerdo con cariño y respeto, a propósito, hace apenas unos 20 días atrás fui a visitarlo en compañía del profe Pacho Montoya como un gesto de eterna gratitud. Te decía que el padre Fernando coordinaba y dirigía lo que se llamaba “campamentos misión” nos íbamos para veredas muy alejadas y pobres de Antioquia y ahí fue mi primera experiencia social radical y frontal pues conocí qué era la pobreza del campesino, sus necesidades, el conflicto armado y las fallas en el servicio por parte del Estado.
Llegué hacer en total 12 campamentos, año tras año hacíamos estos campamentos entre el 15 de diciembre y el 25 de diciembre. Digamos que mi vocación siempre fue la de servir al más necesitado y gracias a Dios tuve la oportunidad de estudiar y que me gustó el estudio, me gradué de dos pregrados; el primero en la UPB y el segundo en la U de A, me gradué en una especialización en derecho, en dos maestrías, una de ellas en la Universidad de Alicante, en España y ahora estoy a punto de entregar mi tesis doctoral sobre el concepto de la justicia en la Republica de Platón, una visión desde la virtud tal como lo pensó el divino Platón que debería ser la justicia, una virtud.
Muchos amigos y conocidos me han dicho que por qué no me presento a un cargo de magistrado en la rama judicial o me comprometo a fondo con la investigación desde la docencia universitaria, entonces pienso en una respuesta y no dejo ni puedo olvidar el barrio en donde me crie y esa experiencia como misionero en mi colegio. Por esa razón creo, yo decido ahora aspirar a ocupar un cargo de elección popular tan importante como lo es el de ser concejal de Medellín, pues sé que el accionar social necesita de la mano del poder político.
¿Cuál es la situación política de la ciudad en esta coyuntura electoral?
Que yo recuerde, en los últimos 30 años, vivimos actualmente en la ciudad, infortunadamente, la peor situación administrativa, social y de relaciones entre el concejo del Distrito y el alcalde. Todo esto pasa por una desconexión que el alcalde Quintero presenta con los ciudadanos. Nada más esta semana gracias a una invitación que me hizo una amiga subí con el diputado José Luis Noreña a la Honda, en Manrique (Comuna tres) y la verdad no hubo habitante de este barrio que no se sintiera mal entonado por el abandono en el que el alcalde Quintero los dejó ante tantas cosas que les prometió en campaña. Da tristeza ver como una ciudad como Medellín tiene ahora estos contrates tan marcados, estando en La Honda se divisa la Medellín del Valle, y estando en la Honda se desvirtúa completamente el papel del Estado en sus tareas y servicios. No creo que en La Honda cale esos discursos de dogmáticos urbanistas y sofisticados “parisinos” que dicen por ejemplo que el uso de la bicicleta sea la salvación. Yo digo que Medellín no puede tener metas y planes diseñados solo para el valle sino también debe incluir con fuerza a su periferia. Me dio mucho dolor ver tanto joven desperdiciándose en el vicio. Aquí quiero hacer un reconocimiento a la labor de un exconcejal como Jesús Aníbal Echeverri o como la del propio Federico como Alcalde que le metieron ganas y fuerza al progreso de La Honda y La Cruz. Ahora bajé de la Honda con la convicción de servir y ayudar a estas comunidades como concejal de Medellín, Dios mediante.
¿Cuál es su gran propuesta de tema de ciudad?
Como dice el presidente Uribe hay debates que no nos debe dar miedo darlos como partido y como sociedad. La seguridad, la movilidad, la falta de autoridad son temas que me inquietan mucho, sin embargo, mi experiencia me habla y me exige que concentre todos mis esfuerzos en la educación desde lo físico, es decir desde la infraestructura, desde lo curricular y la calidad y como proceso de socialización del niño y del joven. Las escuelas deben ser ese entorno protector de los niños y niñas sin más discusión. En eso soy un platónico convencido. La educación para mí es la verdadera revolución. La educación me permitió blindarme ante los combos y sus ofrecimientos, me permitió soñar, conocer el mundo, leer con pasión, ocupar cargos públicos y en la empresa privada de dirección jurídica a nivel nacional como local, ser un exitoso litigante, ser docente de colegio y ahora como docente de pregrado de derecho en la Universidad Santo Tomás de Medellín ratifico todos los días la importancia de la educación.
Pero veo que el joven campesino de nuestra ruralidad no quiere trabajar más la tierra, ni sembrar más por tener una oportunidad de estudio en cualquiera de las universidades de la ciudad, entonces lo que hay que hacer es tratar de seducir a todos los jóvenes de la ruralidad y del campo a que se tecnifiquen y que el Distrito les aporte conocimiento y acompañamiento para que el campesino en unos años no desaparezca. Yo me pregunto: ¿En unos años qué vamos a comer sino hay quien trabaje la tierra?
¿Y no me aguanto en preguntarle, muy mal el DIM de González y ese señor nos eliminó?
Jajajajajaja. No me toques ese vals, David seguirá siendo una leyenda del Poderoso y como buen calasancio sabe que ante las dificultades siempre hay que seguir adelante
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