
07 Oct En Colombia celebran lo que no es
La tan cacareada por estos días conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1821, firmada en la Villa del Rosario de Cúcuta, llevó a profesores y estudiosos constitucionalistas como el frentero tuitero y docente David Suárez Tamayo a decir que en este país celebran o conmemoran bobadas que ni si quieran son.
Lo que quiere expresar este ácido comentarista y académico es que esa Constitución no fue la primera en esos devastados por la guerra territorios de principios del siglo XIX, en lo que hoy es Colombia.
Según Suárez Tamayo como también lo corroboró el analista electoral y político Guillermo Mejía Mejía en esos territorios de la Nueva Granada se promulgaron constituciones en 1810 y 1811 en algunos Estados luego de la sublevación en Santa Fe de Bogotá contra los españoles o el famoso grito de independencia tras el incidente con el florero de Llorentes.
Precisó que en esa época había estados, lo que hoy serían los departamentos-regiones, que se creían independientes y muy “uvitas”.
Por su parte, Mejía Mejía aportó que algunos dicen que las dos primeras no fueron constituciones porque después vino la reconquista en 1816.
Luego vinieron las constituciones de 1821, 1830, 1832, 1843, 1853, 1858, 1863, 1886 y la vigente de 1991.
En concepto del profesor David Suárez en Colombia lo que ha habido es un reguero de constituciones, porque es un país de leyes y constituciones, pero casi todas como resultado de pactos o acuerdos después de revueltas, despojos de tierras, desplazamientos y de violencia, que ha sido el circulo vicioso que nos ha acompañado desde la expulsión del salvaje dominio ibérico.
Pero al consultarle sobre que la Constitución de hace 200 años, la de 1821, la bicentenaria y que fue el motivo de los actos de esta semana en Cúcuta, fue la primera como nación, la Gran Colombia, constituida independiente como nación de los españoles, el analista arreció en su interpretación de la historia y manifestó “que nación nunca hemos tenido, es un país de ???. Esto es un territorio donde se han asentado indígenas, negros, mestizos, raizales, terratenientes, contrabandistas, mafiosos, guerrilleros, paracos, caciques que se han repartido el poder, el presupuesto y la tierra. Es un país de mierda. Un país de cafres como decía un gran líder hace unos años. Un país de fantoches, putas y sicarios, de chulavitas, pájaros y aplanchadores”.
Y no paró los calificativos y agregó que Colombia no es ninguna nación, sino un país de rezanderos, camanduleros, brujos y chamanes. También de reinas, modelos, cuentachistes, payasos y mimos.
Dijo que la Constitución más liberal fue la de 1863 (Rionegro), que fue revolucionaria para la época y los godos vomitaban leyéndola.
Recordó que la de 1886 tuvo reformas muy relevantes en 1910, 1936, 1945, 1968 y 1986.
Pero en su opinión todas estas constituciones han sido una nueva baraja, una torta para volver a repartir, para el reacomodamiento de fuerzas.
Pero, además, para ponerse a la moda e incorporar lo que está de moda en Alemania y España.
Reveló que la última que rige a los colombianos, la de 1991, en un 80% fue copia de la de España de 1978. Y los españoles la copiaron de los alemanes.
“Los profesores de hoy de lo público y lo penal estudian sus doctorados en España, con profesores españoles que hicieron su doctorado en Alemania”.
Por eso comentó que es más fácil hablar barboseño que alemán.
El grave problema y la mala copia de los colombianos es que adoptan y no adaptan.
“Es que entre ser colombianos y alemanes siempre hay una diferencia, como la hay entre Montoya y Shumaherr, y entre Marx y Petro”.
El profesor Suárez llamó a que Colombia sea algún día un país serio y “deje de celebrar guevonadas que no son”.
En este país, reclamó, se celebra lo que no es, además de que es un país de fiestas, aniversarios, condecoraciones, medallas, pero también de muertos que votan y que reclaman pensiones.
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