Los comodines del Concejo

Con el inicio de la temporada regular de sesiones de mitad del año del Concejo de Medellín surge el muy interesante y obvio interrogante en torno a si hoy en el Cabildo Municipal existen o ya no una coalición dominante o mayoritaria de Gobierno y también otra dentro o para asuntos del Concejo.

La coalición de Gobierno como su mismo nombre tiene que ver con el apoyo a la administración municipal del alcalde Daniel Quintero Calle para facilitar la aprobación de proyectos de acuerdos que materialicen el plan de desarrollo y otras políticas, planes y programas del Ejecutivo. Entre tanto, la coalición del Concejo tiene su decisiva trascendencia en el reparto de las dignidades y de los pocos pero suculentos cargos administrativos que tiene en su interior la Corporación.

El interrogante acerca si hay o no bloques de mayorías en ambas instancias tiene actual vigencia, luego de la votación que hundió el proyecto gubernamental de convertir en empresa industrial y comercial al Aeropuerto Olaya Herrera, que fue el detonante para el rompimiento de un matrimonio que duró muy poco entre el alcalde y el concejal Luis Bernardo Vélez y también el voto negativo del búho cabildante cristiano Luis Carlos Hernández Castro, seguramente por instrucciones de su jefe político el senador Germán Hoyos Giraldo, de quien se conoce claramente su afinidad con el exalcalde Federico Gutiérrez hoy opositor al jefe del gobierno de la ciudad.

Algunos concejales de la coalición original de trece corporados del 2020, ya reducida a ocho, advirtieron al alcalde Quintero y a su primera línea que integran Esteban Escobar y Juan Pablo Ramírez no jugarse la ruptura con el no fácil políticamente de Vélez, pero el trío del poder se estrenó como políticos normales que son o quieren ser, y despacharon de sus querencias al díscolo médico, que no lo maneja nadie.

La advertencia que les hacían buscaba prevenir problemas mayores para el alcalde ante un inminente deterioro de la coalición que lo ha venido acompañando, pues un Concejo en contra hace mucho daño a los fines de una administración.

Pero ya las cartas están jugadas y por eso es que surge la pregunta del billón si el mandatario tiene o no una alianza de concejales que le facilite gobernar con tranquilidad.

Así las cosas, hoy se comenta por Radio Pasillo de La Alpujarra en tiempo de pandemia que el mapa político está o estaría así: ocho concejales de la antigua coalición y los ocho concejales del Centro Democrático, para un total de 16 de los 21 que integran el Cabildo de Medellín. O sea, restan cinco.

 EL QUINTERO DE COMODINES

A propósito de los cinco restantes desde ahora se les empieza a conocer como los “Comodines del Concejo” y que no están, por ahora, en ninguno de los bandos de los ocho. Son los antiguos rebeldes de Daniel Carvalho, familiar del recordado amigo y colega de todas las horas Jorge Carvalho; Dora Saldarriaga que tiene que consultar todo movimiento al sanedrín de mujeres de Estamos Listas, el sabelotodo al estilo fajardista de estrato 30 de Daniel Duque que se salvó con toda razón de ser sancionado por declararse de gobierno y votar en contra del gobierno tras llorar ante los medios radiales nacionales amiguitos de los verdes rolos, y claro complementados por los dos desheredados de Vélez y el callado de pastor de Hernández.

Según el muy fajardista y útil Google, el comodín es una carta especial que se encuentra en las más modernas barajas, pero en la actividad política es una persona u organización versátil que desempeña diversas funciones en una estructura gubernamental con el propósito de beneficiar al sistema en la búsqueda de objetivos generales o específicos. Se prescinde del comodín cuando este cumple las tareas encomendadas y/o se convierte en parte definitiva de la estructura, o también cuando quienes dirigen el sistema gubernamental así lo hayan decidido, sea porque no cumplió con los objetivos o si los haya cumplido y no se requiera más de sus servicios. Pero para entender más fácil, el mejor sinónimo de comodín es el de persona de múltiples usos.   

En otras palabras el quinteto de comodines del Concejo será decisivo o inclinará la balanza dependiendo del bando que apoyen, si regresa a la coalición quinterista o al menos tres de los cinco o por el contrario sucumben a los intensos coqueteos del impetuoso centrodemocratico y fuerte opositor de Simón Molina, quien es el que está empeñando en armar un bloque mayoritario en el Cabildo en contra del alcalde lo que sería un agudo dolor de cabeza para el travieso Daniel y haría ingobernable a la ciudad.

Quiénes de los cinco comodines o si todos los cinco darían el brinco a ser socios del uribismo en Medellín, eso está por verse, qué estará ofreciendo el hambriento y ansioso Simoncito. A lo mejor que Carvalho recupere su vicepresidencia perdida y mantener sus cargos administrativos en el Concejo y así sucesivamente para los otros cuatro, mientras el CD se podría reservar las presidencias con Molina y Dib en los dos años que restan del cuatrienio.

El novelón de los comodines o sus inclinaciones comenzarán a despejarse en la aprobación de los proyectos, pero sobre todo en la próxima elección del contralor municipal, en la que se sacarán chispas y será el donante final que dirimirá cuál será la coalición que imperará para los dos últimos años del actual periodo del Cabildo.

Esta trama y hasta drama político, se registra en el momento en que el alcalde Quintero le dijo a un grupo de periodistas alternativos que ha recibido mensajes desde arriba, debe ser de los ricos antioqueños, para que hablen y que ya saben que a él no le gusta que lo gobiernen. Los poderosos cuando no pueden con una persona con poder, pues le buscan el lado o acercarse a ella. 

Pero también en el momento en que la administración está jugando con candela en el Concejo y si no juega con inteligencia política puede salir chamuscada.

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1 Comment
  • Sandra Montoya
    Posted at 22:37h, 02 junio Responder

    Qué triquiñuelas las de estos políticos!!! ?⚡??

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