28 Feb Con tensiones arrancan la Asamblea y el Concejo
Mucho más agitadas por los lados del Cabildo Municipal de Medellín y de la ciudad misma, que, por los lados de la Duma seccional y el departamento, serían las contingencias y las relaciones políticas al comenzar este lunes primero de marzo los periodos regulares de sesiones de ambas corporaciones.
La expectativa es enorme sobre la forma cómo se desarrollará en marzo y abril la temporada ordinaria del Concejo, no sólo en los temas de control político, sino para el futuro de los proyectos de acuerdo que radicará el Gobierno de la ciudad y el alcalde Daniel Quintero, toda vez que no han bajado las altas temperaturas por el conflicto y fracturado ambiente entre lo público, lo político, lo privado, lo gremial, lo académico y hasta entre clases sociales que muestra el termómetro de Medellín.
Los problemas políticos en la ciudad no paran. Entre diciembre 2020 y este principio de marzo ocurrió de todo. Medellín parece vivir una pandemia política. Lo de EPM e Hidroituango sigue produciendo fuertes secuelas en la existencia pública de la ciudad, que se alteró aún más por las reacciones opositoras a las acciones gubernamentales en el Jardín Botánico, a la contratación en Buen Comienzo y hasta por las decisiones con el edificio Carré. Todo lo que hace la administración inmediatamente tiene una violenta respuesta de los contrarios.
En lo político la pugnacidad es peor. Son durísimas las relaciones entre el quinterismo, el uribismo, el fajardismo y sectores alternativos y ninguno cede. Entre tanto, las legendarias y venidas a menos fuerzas tradicionales de la ciudad sólo de espectadores.
Pues en medio de ese panorama de crisis política es que retornan a sus curules los 21 concejales y se estima que por todo eso habría unas sesiones hirvientes. Medellín sigue siendo un cuadrilátero político.
Pero ante tanto caos, el Concejo en receso también fue salpicado y asfixiado por el aire enrarecido que se respira en lo político.
El concejal Daniel Carvalho por fin se marchó de la coalición de gobierno, de la cual tampoco hace parte el fajardista Daniel Duque, reduciéndose ese bloque a sólo once coaligados, que podrían ser diez a la espera que el movimiento feminista “Estamos listas” con su concejal Dora Saldarriaga destape en estas nuevas sesiones sus verdaderas intenciones. Está o no está con el gobierno.
En la otra esquina sigue al acecho la bancada de ocho concejales del Centro Democrático, CD, que primero tiene que demostrar si es homogénea o sigue tan heterogénea en la oposición al alcalde, lo que está por verse. O algunos seguirán en silencio acompañando a la Administración y cuidando su rebaño burocrático o sucumben a las durísimas presiones que desde la misma cúpula uribista están siendo sometidos.
Hay mucho interés por observar si de verdad hacen oposición, sobre todo si son capaces de sacar adelante la cacareada moción de censura a la secretaria Privada de la Alcaldía. Por el momento están exigiendo legalmente réplica este lunes al discurso de apertura de sesiones de un Daniel Quintero que sigue sacudiendo o removiendo los cimientos de una sociedad que tiene poderosos dueños, con los cuales está enfrentado. Obviamente ante esta fractura en la sociedad medellinense hay sectores que abogan por una nueva reconciliación entre Quintero y el GEA, lo que no parece avizorarse.
Otro gran interés radica en cómo actuarán los tres “rebeldes” de la coalición de gobierno y si de verdad serán capaces de unirse a los uribistas para conformar una mayoría de once concejales, enfrentar al Ejecutivo, hacer oposición y bloquear la acción gubernamental con la no aprobación de proyectos de acuerdo, lo que al menos en el papel no parece viable por el conocido antiuribismo de Carvalho, Duque y las feministas del Cabildo, aunque en política lo único cierto es lo que pasó. Así las cosas, estas primeras sesiones del 2021 despejarán muchas cosas en la política de la ciudad y marcarán el rumbo de lo público.
Mientras tanto, hoy vuelve al palco presidencial del Cabildo un Jaime Cuartas más maduro para hacerle frente a una temporada que pinta caldeada y con tormentas al menos en los pronósticos.
Junto a su mesa directiva ya diseñaron el trabajo de la primera semana de marzo, que presenta una agenda que incluye el tema de la esperanzadora vacunación contra el asesino covid, el balance a la matrícula cero, la alternancia educativa, obviamente no podía faltar el chicharrón de EPM y la reactivación económica. En los debates sobre estas temáticas seguramente saldrá a relucir la crisis política y llegarán las emociones.
La FLA, una papa caliente
El panorama político por los lados del Departamento y de la Asamblea de Antioquia no se vislumbra tan caótico como el de Medellín, a no ser que un grupo de diputados insista en inmiscuirse en la batalla que se está librando en la capital regional. Y allí se unan a los bandos en contienda.
Pero en lo estrictamente relacionado con política departamental, las cartas están jugadas desde octubre pasado cuando el anibalismo propinó el tremendo garrotazo con la aprobación de la reforma empresarial a la FLA y que derivó en una nueva coalición con el apoyo del uribismo al Gobierno Departamental.
De tal forma, que la atención seccional no la ocupa hoy lo político, sino que los diputados retornan a sus faenas y escaños con una peligrosa situación laboral producto de una amenaza de huelga en la FLA que podría ocasionar graves lesiones al bolsillo de la administración regional.
Precisamente varios diputados, entre ellos Juan Esteban Villegas, pero también exdiputados como Jorge Honorio Arroyave hoy están cobrando lo que advirtieron previamente al señalar que, con la transformación de la Licorera, se le daba facultades al tema sindical para presionar beneficios y mejoras, además de poder llegar a la huelga, lo que no existía cuando la FLA era una dependencia de la Secretaría de Hacienda. Arroyave fue más allá y lapidariamente pronóstica la sepultada de la joya de la corona de las finanzas del departamento. Y culpó a sus propios correligionarios del CD.
Estos no se quedaron callados y Andrés Guerra salió al ruedo y dio la cara al pedir “sensatez a los sindicatos” y agregar que “la FLA cuenta con 311 empleados, se les cumplió, fueron reconocidos como trabajadores oficiales. Cuentan con cuatro sindicatos, iniciaron proceso de negociación sindical luego de 47 años, radicaron pliego de 48 cláusulas, exigencias de estabilidad laboral y mejor remuneración son actualmente los puntos del no acuerdo”.
A la espera sobre cómo avanzará el diferendo laboral en la FLA en medio del regreso a sesiones de la diputación, al estrado de su presidencia llega a actuar en las plenarias el conservador Jaime Cano, quien junto a su mesa directiva ya trazaron el derrotero para la primera semana de labores.
Arrancarán husmeando como marcha la nueva estructura de la planta de cargos al estilo Aníbal Gaviria y también le meterán el diente a cómo está la realidad financiera del departamento, en lo cual seguramente aflorará el susto que reina con la FLA.
Para ponerle epílogo a este informe sobre esas dos corporaciones, hay que decir que el reinicio de sus sesiones regulares también podría ser alterado por decisiones emanadas y muy demoradas del Tribunal Administrativo de Antioquia y hasta del Consejo de Estado, que serán la tristeza y alegría de varios concejales y diputados.
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