Se cayó reforma política, avanzó Código Electoral

Con altos y bajos, pero en general muy movidos transitaron los temas políticos en la semana que concluye por el Congreso de la República, que dejó como gran resultado el hundimiento de un proyecto de reforma política, al tiempo que avanzó o sobrevivió el muy sensible Código Electoral.

Y arranquemos por la despachada o “chuliada” que le propinaron en la Comisión Primera de la Cámara a un proyecto de reforma política de iniciativa parlamentaria, que estaba cursando paralelo al del Código Electoral, este sí con visto bueno del Gobierno Nacional y que tiene mensaje de urgencia por lo cual anda marchando por las Comisiones Conjuntas de Senado y de Cámara.

Con el derrumbe de la reforma política también se desmoronó nuevamente un nuevo intento de instaurar en Colombia sólo las listas cerradas o sin voto preferente, por lo cual para las elecciones legislativas del 2022 seguirán imperando las listas únicas de partidos mixtas, o sea, cerradas o abiertas según lo defina cada formación partidista.

Igualmente se desmoronó la paridad de géneros en esas listas mediante el sistema de cremallera, es decir, un hombre y una mujer o una mujer y un hombre intercambiados en cada renglón de la plancha.

También fracasó dentro de esa reforma política la posibilidad que una de las dos Cámaras, a que tienen derecho los hoy departamentos que en el pasado fueron los denominados territorios nacionales, se convirtiera en un Senado y no como decían que se estaba planteando crear doce nuevas curules senatoriales.

Entonces, con el fallecimiento de este nuevo intento de reforma política, se despejó el camino para que esta vez tenga más posibilidades de ser aprobado en el Legislativo un nuevo Código Electoral en Colombia y de esa forma corregir las cuatro o cinco frustraciones del pasado, cuando buenas iniciativas de dotar al país de un completo estatuto electoral, hoy disperso en varias normas, se hundieron.

En tal sentido, el proyecto de Código Electoral, de un total de 268 artículos, seguirá su discusión la próxima semana y para ello sigue existiendo un buen ambiente político, pese a lo sensible y complicado de varios de sus temas.

Origina tantos intereses políticos darle vía libre a un Código Electoral, que sólo en la discusión de esta semana se presentaron unas 400 propuestas modificatorias, sin contar los artículos nuevos presentados por miembros de las comisiones primeras de ambas Corporaciones legislativas.

Durante la semana se avanzó en la aprobación de los asuntos electorales en los que no hubo mayores disonancias y se dejaron para más adelante y para nuevas discusiones los temas gruesos en el campo electoral y político.

Pero durante la discusión en la semana que se esfuma, el tema que más controversia suscitó fue la creación de nuevos cargos o de más burocracia con la conformación de los Consejos Seccionales Electores, es decir especies de CNE en los territorios, para que trabajen por los magistrados del inoperante y politizado CNE centralista, por el origen netamente partidista de sus nueve miembros y que desde muchos sectores del país, exigen su desaparición o su transformación por una Corte Electoral que no tenga dependencia con los congresistas, que son sus jefes políticos.

Y fue tan abundante la lluvia de críticas nacionales a la creación de esos Consejos Seccionales Electorales por lo costosos e inoperantes, que tuvieron que ser eliminados del contenido del Código Electoral, donde figuraban en el Artículo 22.   

Un buen indicio que el Código Electoral puede tener, esta vez futuro o vida, es el hecho que en el Presupuesto para el 2021 de la Nación, fue incluida una partida para su implementación.

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