
01 Dic ¿Código Electoral por puestos?
En manos de las plenarias del Senado y de la Cámara quedó la supervivencia del Código Electoral, sobre el cual se ha armado, por lo sensible y delicado de sus temas, un agitado debate nacional.
Los recientes pronunciamientos del procurador General de la Nación, del exvicepresidente Germán Vargas, de la MOE y el eco por el masivo cubrimiento de medios informativos capitalinos sobre el posible impacto de este Código, ha originado un huracán de observaciones, reparos, advertencias y alertas sobre algunos tópicos que hacen parte del texto que fue aprobado por las Comisiones Primeras o de Asuntos Políticos del Congreso y que además tiene mensaje de urgencia presidencial.
Recordemos que el actual proyecto de Código Electoral, que no se actualiza desde 1986 y cuyas normas posteriores a la Constitución de 1991 se encuentran dispersas en diversas normas constitucionales y legales, fue construido tras un trabajo conjunto de la Registraduría del Estado Civil, El CNE, el Consejo de Estado y el Ministerio del Interior desde finales del 2019, pero su tránsito legislativo despegó a partir del pasado 20 de julio en la actual legislatura. Inicialmente estaba compuesto por unos 190 artículos, pero luego le colgaron más hasta sumar casi 260 artículos, de los cuales fueron retirados varios en desarrollo del estudio, debate y revisión por las Comisiones Primeras conjuntas de Senado y de Cámara, que le dieron primero y tercer debate, y quedan restando los debates segundo y cuarto a esta ley estatutaria que está originando una obvia y necesaria polémica nacional. Pero pese a la gran cantidad de artículos, el Código sigue siendo incompleto, pues le faltan aún grandes temas en el campo electoral, para que de verdad sea un estatuto completísimo.
Aunque muchos sectores defienden casi el 70% del texto de este estatuto electoral y lo consideran necesario para el país, los mayores reparos están dirigidos al peligroso propósito de politizar este proyecto con la creación de una supra, monstruosa y burocrática Registraduría, además de algunas figuras que originarían inseguridad electoral. Y es ahí donde deben intervenir las plenarias del Congreso, pues se estima que hay voluntad para aprobarlo después de 34 años en los cuales el país no ha tenido unas reglas ordenadas y contenidas en un solo documento.
Expertos consideran o vaticinan que ya aprobado en comisiones y con la intervención de todos los partidos, lo más seguro es que avance tras ser objeto de algunos retoques, pero para lo cual, se comenta en Bogotá, están supuestamente repartiendo puestos a lo loco.
Lo que apruebe el Congreso tendrá que ir a examen de la Corte Constitucional.
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