La apetecida rectoría de la U de M.

Se sigue hablando mucho por estos días de la próxima o inminente elección de rector de la U. de M., pues en diciembre se vence el periodo transitorio en ese apetecido cargo de César Guerra Arroyave, pero a quien no se puede descartar que de pronto siga en esa posición según lo que suceda en su fracturada Consiliatura.

Si la elección de rector fuera hoy ninguno de los candidatos, que han venido sonando, lograría los siete votos o las tres cuartas partes de la composición de la Consiliatura, compuesta por once miembros.

En efecto, ninguna de las tendencias dentro de ese órgano de dirección es mayoritario. El matiz del exrector Néstor Hincapié tendría cuatro votos con Aura Marleny Arcila, Óscar Velásquez y Claudia Echavarría, a quienes se les uniría Hernán Cadavid, quien es la única cuota del rector César Guerra.

En la otra esquina está la visceral oposición contra todo lo que huela a Néstor Hincapié y también enemigos de la continuidad del actual rector. De estos dialécticos hacen parte José León Jaramillo, Edgar Arrubla, Joaquín Guillermo Gómez y tendrían el refuerzo de actual presidente consiliario José María Berdugo.

O sea, entre estos dos frentes de “guerra” suman ocho votos de los once, por lo que restan tres integrantes que inclinarían la balanza o serían los comodines.

Dos de ellos son del llamado grupo de ingenierías y administración: Gustavo Russi y Juan Carlos Jaramillo, mientras que el tercero es Lucas Cadavid, hijo de exrector y quien sueña todos los días con seguir los pasos de su papi.

En el caso que en la votación no haya humo blanco, la misma Consiliatura es la competente para decidir si sigue César Guerra o designa un rector encargado, hasta tanto en su cónclave alguien saque los 7 votos.

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